Pobres y ricos dependemos de Dios

La recomendación o exhortación de Santiago es que tanto el hermano pobre como el rico, ambos se gloríen en Dios por su condición. ¿Cómo puede alguien que está en gran necesidad gloriarse en Dios? y ¿Cómo puede un rico que tiene todo gloriarse también en Dios?. 

El que es de humilde condición gloríese en su exaltación 

Cuando Santiago menciona "humilde condición", emplea el griego Tapeinós (pequeño) similar al hebreo Anaw  que significa:  humilde, modesto, desconfiado de sí y que tiene puesta toda su confianza en la toda suficiencia de Dios (Sal.72:12-14).  

Los tiempos de escasez y porque no mencionarlo, aún de pobreza material; todos los viviremos. Y puede que dependiendo de muchos factores, llegue a existir para algunos una condición de pobreza permanente. Pero aunque así lo fuera no debemos olvidar la siguiente promesa. "No he visto a justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan" Sal.37:25

Tener una condición humilde nunca debe ser causa de vergüenza y en medio de ella tenemos que tener lo siguiente:

• Gozo en el Señor. Porque estamos siendo probados por el Señor.  
• Paciencia. Recordemos que dependemos de Él y soportamos el dolor de la prueba. 
• Fe. Estamos confiados plenamente en Su amor. 
• Sabiduría. Actuamos con prudencia no precipitando las decisiones por causa de la escasez. 
• Constancia o firmeza. No desmayamos en el tiempo de la prueba.  

Notemos que Santiago habla de hermanos de humilde condición, esto es, creyentes que pueden sufrir carencias en extremo pero se glorían en Dios (Ro. 5:3) ¿Por qué? Porque por pequeños que parezcamos a los ojos de los demás y aún a los nuestros, nuestra posición es alta a los ojos de Dios, porque somos ricos en riquezas espirituales (Ap.2:9). “El estado de humildad es una consecuencia de las pruebas y de la posesión de la sabiduría”. 

El que es rico, gloríese en su humillación 

Hay una invitación de Santiago a meditar en la fragilidad y la caducidad de las riquezas. El rico debe gloriarse no en cuanto posee, sino en una practica constante de humillación ante el Señor de quién todo procede ya que sabemos que nuestra vida  “pasara como la flor del campo” (Is. 40:6-8). ¿Cómo llega un cristiano rico a percatarse de la fragilidad de la vida y de sus riquezas materiales? Por medio de la prueba. Las pruebas le ayudan a desapegar el corazón de las riquezas.  

Cuando Santiago hace referencia a la flor que se cae y marchita es en relación a los negocios del rico, pues la perdida de las riquezas materiales le hace reflexionar sobre el valor inestimable de las riquezas espirituales. 

Ya sea en escasez o riqueza, seremos probados y con respecto a la aprobación divina están al mismo nivel:  el pobre que esta demasiado bajo es exaltado; el rico que esta demasiado alto es humillado; lo cual para ambos es motivo de gloria o gozo. 

¿En qué estamos gloríandonos? ¿La condición económica esta cambiando nuestro carácter, ya sea por tener o por no tener? Cuando aprendamos a mantenernos humildes ante Dios y los demás sin importar nuestra economía, entonces la aprobación divina nos hará resplandecer.