Tiempo De MadurarMuestra
Hacedores de la Palabra
Escuchar o leer la Palabra de Dios y ponerla por obra es uno de los énfasis principales de Santiago en su carta, en una forma clara y práctica Santiago nos anima a no ser “oidores olvidadizos”. A su vez nos enseña de la actitud que el creyente debe tener al escuchar la Palabra de Dios.
La actitud del creyente ante Dios y los hombres.
El hombre enojado no actúa como Dios requiere, por lo cual debe desechar la ira, la cual trae graves consecuencias tales como:
- Produce necedad. Pro.14:29
- Pierde el control de sí mismo. Pro.16:32
- Peca contra su prójimo. Pro.29:22
Por lo cual la invitación es tener una actitud de mansedumbre ante los hombres y muy especialmente a Dios y su Palabra. Esta es la actitud con la que debemos recibir el consejo de Dios.
La disposición con la que debo escuchar la Palabra.
Pureza y humildad son los dos aspectos que enfatiza Santiago en esta porción. El primer aspecto (pureza) nos permite escuchar con claridad y entender la verdad de Dios; porque el apego al pecado nos ensordece y nos impide prestar atención a la verdad, pues somos seducidos por nuestras concupiscencias. 2Tim.4:3-4
Hacedores de la Palabra.
Esta es una enseñanza antigua que podemos encontrar en el Antiguo Testamento, el Señor Jesús y el apóstol Pablo. Todos coinciden en la importancia de poner en práctica el consejo de Dios. Al poner por obra la Palabra:
- Somos bendecidos.
- Estamos firmes en la adversidad.
- Somos justificados ante Dios.
De otra forma nos engañamos a nosotros mismos. Esto es, por una falsa argumentación en nuestro interior ya que nos justificamos a nosotros mismos. El ejemplo del espejo es una amonestación a corregir las manchas que este nos muestra. Así la Palabra nos muestra “las manchas” que tienen que ser limpiadas. Pero, para que la Palabra de Dios surta su efecto, es importante que uno vea en ella su propio rostro.
La religión pura y sin mácula.
En esta porción Santiago reafirma la secuencia de la enseñanza: Apartados del mal, obedecemos la Palabra de verdad y la ponemos por obra, muy especialmente al servir y amar a nuestro prójimo. Meditemos en los siguientes pasajes:
a) La misericordia es mejor que el sacrificio. Oseas 6:6
b) Amar al Señor y amar al prójimo. Mr. 12:33
c) El cumplimiento de la ley es el amor. Ro. 13:10
La diferencia entre un cristiano y un religioso, es precisamente esto: Escuchamos con mansedumbre la Palabra de Dios y con ánimo la ponemos en práctica, el religioso solo escucha, conoce aun la palabra pero, al desecharla en su corazón no es puesta en práctica en su vida. Seamos hacedores de la Palabra de verdad. Amén.
Acerca de este Plan
El hecho de llevar muchos o pocos años en el Evangelio no quiere decir que necesariamente seamos maduros en la Fe. Este plan tiene ese propósito, ayudar a madurar nuestra vida cristiana.
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Nos gustaría agradecer a CFN Cancún por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.facebook.com/cfncancun