Tiempo De MadurarMuestra
Conociendo a Dios - aprendiendo a pedir
En este capítulo Santiago habla de la mundanalidad y como esta abraza a la iglesia. En esta primer parte hablaremos de cómo actúa una vida separada de Dios y de cómo al conocerle a Él podemos pedir por nuestras necesidades y como debemos pedir correctamente.
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre nosotros?
Del corazón, cuando una persona esta separada de Dios o no le conoce una consecuencia natural en su vida es guerra, enojos, pleitos, divisiones. Como Caín que mato a su hermano. Santiago acentúa que son las pasiones que combaten en nuestro ser. Tales son las características de alguien que ha extraviado el camino o está su vida sin Dios. Con todo, tenemos buenas noticias: Hay restauración en Dios y oportunidades. Is.1:18-20
La codicia y la envidia - Falta de Oración.
La mundanidad puede abrazar la vida de la iglesia y las vanidades las volvemos necesidades y claro está que nuestro Dios no está comprometido con nosotros a suplirlas. También es posible que los creyentes pueden carecer aún de lo necesario. Una mentalidad mundana nos lleva a codiciar y a envidiar. Esto es fruto de una vida carnal (Gá.5:19-21) ¿Cómo es que en la vida de un creyente surja esto?
a)Falta de oración. Cuando un creyente deja de orar, comienza a pecar. Cuando comienza a pecar, deja de orar. Es una consecuencia inevitable. La oración es en primer lugar comunión con nuestro Dios. Al estar en su presencia adquirimos: fe, gozo, seguridad, amor. Las Escrituras nos animan a orar siempre (1Ts.5:17).
b)Falta de lectura bíblica. Leer la Palabra de Dios, meditarla, pero muy especialmente guardarla en nuestra vida es vital como creyentes. Al no hacerlo es como pretender navegar en altamar sin brújula o caminar en un lugar oscuro sin antorcha. La Palabra de Dios nos enseña de El, de su carácter. Infunde fe y distintas promesas le acompañan (Jos.1:8; Sal.1:2-3).
Una vida de oración: como conviene.
La amonestación de Santiago es firme, envidias y pleitos porque no pides y cuando pides: ¡pides mal! ¿Cómo debemos pedir correctamente a Dios?
a) Con certeza de que eres hijo. Mt. 7:9-11
b) Con humildad. 2 Cr. 7:14
c) Con un corazón sincero. Jr. 29:13
d) Con fe. Mt. 11:24
e) Con justicia. Stg. 5:16
f) Obediencia. 1 Jn. 3:22
Nuestra vida debe estar unida a Dios. Debemos cuidar nuestros corazones de envidias y pleitos. Dios suple todas nuestras necesidades cuando oramos correctamente.
Acerca de este Plan
El hecho de llevar muchos o pocos años en el Evangelio no quiere decir que necesariamente seamos maduros en la Fe. Este plan tiene ese propósito, ayudar a madurar nuestra vida cristiana.
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Nos gustaría agradecer a CFN Cancún por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.facebook.com/cfncancun