La fragilidad, brevedad e incertidumbre de la vida

En esta porción Santiago nos lleva a reflexionar sobre lo presuntuoso que es hacer planes para la vida sin contar con la ayuda y guianza divina, dando por hecho que nuestra vida está garantizada. Es un llamado al arrepentimiento y a someter nuestros caminos a Dios.

Planes presuntuosos

Santiago advierte especialmente a aquellos que hacen planes, negocios, proyectos, empresas y toman decisiones confiando en solo su habilidad, talento y capacidades haciendo a un lado a Dios o sin siquiera tomarle en cuenta. El pecado, pues, de estos creyentes consistía en disponer y organizar su vida como si Dios no existiera o no interviniera en ella. Los que omiten a Dios de sus planes caen en distintos errores como:

a) Edificar para su ruina. Gn. 11:4

b) Trabaja y construye oprimiendo a los demás. Jer. 22:13-14

c) Almacena en vano. Lc. 12:18-20

d) Abrazan una vida de pecado.  Is. 56:12

“¿Qué es vuestra vida?” 

Santiago la compara a la neblina que se desvanece. Nuestra vida tiene tres características, las cuales nos deben hacer reflexionar con mucha atención:

a)  Es frágil. Las enfermedades, los problemas, nos recuerdan con que facilidad nuestra vida es quebrantada. Somos frágiles y vulnerables:  física, mental y emocionalmente. Podríamos ser fuertes en un ángulo pero al ser quebrantados en un área las otras son inevitablemente afectadas. Sal. 102:3-11

b)  Es breve. Hasta que lleguen los días de nuestra final redención, la vida del hombre es breve (Sal. 90:10). 

Observa como la Biblia compara nuestra vida:

1. Como una sombra. 1 Cr. 29:15

2. Como una lanzadera. Job 7:6

3. Como mensajeros apresurados. Job 9:25

4. De corto término. Sal. 39:5

5. Como la  tela de un tejedor. Is. 38:12

6. Como neblina que se desvanece. Stg. 4:14

c)  Es incierta. (Lc. 12:16-20) Podrá ser conocido el día de nuestro alumbramiento, más nunca el de nuestro fallecimiento. 

“Si el Señor quiere, viviremos y haremos”

Con esta declaración se reconoce nuestra dependencia de Dios, no sólo en el existir, sino también en el actuar. Nuestra vida depende totalmente del Señor. No estamos llamados para buscar o planear que hacer por hacer. Sino más bien, para hacer Su Voluntad. El nos proporciona la salud, la fuerza, el animo y aún produce en nosotros: “el querer como el hacer” (Fil. 2:13). Nuestra oración continua debe ser: “Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite” (He. 6:3).

Nuestra existencia depende totalmente de Dios, no debemos actuar presuntuosamente sino con humildad sabiendo que Dios es nuestro Señor y en El esta concedernos realizar planes y proyectos. Desechemos pues toda autosuficiencia y sea Él nuestra confianza cada día. ¿Cuándo planeas o inicias algún proyecto e vida o negocio, está Dios involucrado desde el inicio? o solo le pedimos que lo bendiga. Planea de la mano del Señor y notarás la diferencia.