Ciudadanos Del Reino De Los CielosMuestra
La Dádiva Cristiana
Ya que nuestro Dios es un Dios misericordioso, Jesús hace hincapié, en que su pueblo también tiene que ser benigno y misericordioso. Esperaba que sus discípulos fueran dadores generosos. Sin embargo, no basta la generosidad. A lo largo de este Sermón, nuestro Señor está interesado en la motivación, en los pensamientos ocultos del corazón.
En el versículo 2 la palabra griega para limosna (eleēmosunē) significa obra de misericordia o de piedad, obras de caridad, acciones por compasión hacia los pobres, limosnas, donación, dádiva de caridad. Es lo que se da gratuita y desinteresadamente a una persona necesitada. De modo que haremos una distinción entre la Ofrenda y la Limosna.
Ofrenda se da al Señor de lo que hemos apartado para él y se deposita en el alfolí de nuestra iglesia y la Limosna es lo que de nuestra generosidad damos como obra de misericordia y compasión a los pobres o alguna persona.
En el asunto de dar, Jesús tiene el mismo interés en los pensamientos secretos. La pregunta no se refiere tanto a qué hace la mano (si entrega dinero en efectivo o un cheque) sino a qué piensa el corazón mientras la mano hace aquello.
Existen tres posibilidades:
- Buscamos la alabanza de los hombres.
- Mantenemos nuestro anonimato pero calladamente nos enorgullecemos.
- Estamos deseosos solamente de la aprobación de nuestro Padre divino.
Los Fariseos cuando iban a depositar en la caja especial para limosna, hacían que trompetistas fueran delante de ellos para que todos supieran de su caridad. Por ello, Jesús les llamó hipócritas.
De quienes buscan la alabanza de los hombres, Jesús dice con énfasis: ya han recibido toda su recompensa. Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto.
La derecha es normalmente la mano activa, nuestra izquierda no debe enterarse. No solo no debemos contarles a otras personas acerca de nuestro dar; ni siquiera a nosotros mismos. No debemos ser conscientes de nuestro dar, porque esa conciencia fácilmente degenera en justicia propia y la inflama con orgullo, debe ser secreta.
En la modernidad, ¿Cómo pudiéramos hacer tocar trompeta al hacer actos de caridad? ¿Has mantenido en secreto alguna obra de misericordia?¿Puedes recordar algo que diste como “limosna” pero al fin de cuentas lo anunciamos a otros? ¿Notas como tendemos a buscar ser alabados por las obras hechas?
Cuesta trabajo mantener en secreto las obras de misericordia, pero si lo logramos recordemos que la recompensa será de Dios. Por el contrario si hicimos algo de misericordia y no pudimos evitar la tentación de anunciarlo, por más grande o pequeño que sea, o valioso hemos perdido la recompensa celestial al cambiarla por un aplauso terrenal.
Es posible convertir una obra de misericordia en un acto de vanidad, de modo que nuestra motivación principal al dar sea no el beneficio de la persona que recibe el donativo sino nuestro propio beneficio, es decir, el beneficio de quien lo da. El altruismo ha sido desplazado por un egoísmo distorsionado. Ésta no es la característica de los dadores del Reino de los cielos, sino un verdadero amor por el prójimo que hace las cosas incluso sin esperar que Dios recompense, aunque Él lo hará.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Cómo es un verdadero ciudadano del Reino de los cielos? Descúbrelo y con la ayuda del Espíritu Santo, dejemos que nuestra vida sea transformada por la Palabra y la oración en lo que el Señor desea ver en nosotros.
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Nos gustaría agradecer a CFN Cancún por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.facebook.com/cfncancun