Experimentando la poda del labrador celestialMuestra
Aplicación personal de la metáfora del la vid y los pámpanos
Nosotros también podemos ser comparados con una planta que ha sido puesta para llevar fruto. Cuando no llevamos fruto, dejamos de tener propósito para el reino de Dios, así como la higuera estéril.
- Las plantas producen más capullos de los que pueden sostener
El problema con esto es que la planta cuenta con vida, energía y recursos limitados. De modo que sólo unos capullos pueden alcanzar su máximo potencial. No todos los capullos pueden florecer. Para que la planta pueda crecer y fructificar plenamente, deben ser quitadas aquellas ramas enfermas o muertas, y podadas la que tiene potencial de fertilidad. Sin la poda la planta estaría despilfarrando sus recursos.
En el caso de la planta, las ramas que tienen el potencial de producir frutos, al cortar lo enfermo, muerto y que estorba, liberamos los recursos de la planta para destinarlos a estas ramas. Al eliminar / cortar algunas ramas, la planta está reservando sus recursos (savia, energía, etc.) para aquellas ramas que lo pueden aprovechar para generar fruto abundante.
- Poda y auto poda:
- ¿Qué necesita ser podado en tu vida?
- ¿Qué ramas muertas o enfermas necesitas cortar?
- ¿Qué ramas sanas necesitas podar / limpiar (afilar habilidades y conocimientos, renunciar, cambiar) para hacerlas más productivas?
La poda es dolorosa para nosotros. Normalmente significa despojarse de alguna cosa. La poda viene para bendecirnos, sacando aquello que podría impedirnos fructificar en abundancia y calidad. La poda de Dios pretende que la rama alcance su potencial pleno en el Reino de Dios.
Si observas un árbol después de la poda, el no tendrá un aspecto muy agradable. Por el contrario, parecerá “vació” y “feo”. Pero, estará preparado para dar los frutos en la próxima estación.
Por otro lado, la vid falsa continuará pareciendo linda, bonita, y estará llena de gajos y hojas. Sera inicialmente confundida con un buen árbol por muchos. Pero el tiempo pasará, y él no dará frutos en abundancia y calidad. Por eso, debemos sujetarnos a la poda de Dios en nuestras vidas para disfrutar de las bendiciones de ser vaciados de todo lo que no sea esencial para El, aunque sean cosas que parecen bonitas y deseables.
Acerca de este Plan
Dios es el gran labrador que con amor, paciencia y firmeza poda las ramas de la vid con el propósito de que sean más fértiles y lleven más fruto. Experimentar la poda de Dios puede significar ser sometidos a la prueba y la disciplina de Dios, y puede resultar doloroso, pero es un proceso necesario en nuestras vidas para ser produtivos y sanos.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/