Experimentando la poda del labrador celestialEjemplo
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La poda tiene como objetivo hacernos productivos
Al leer el capítulo 15 de Juan, se puede observar el énfasis de Dios en que seamos productivos para el reino de Dios: que llevemos fruto.
Para que una rama sea productiva tiene que cumplir con dos condiciones:
1. Tiene que ser podada (sometida a disciplina – Hebreos 12:10).
2. Debe mantenerse estrechamente unida a la vid (Juan 4:5).
Dios desea y espera fruto de sus hijos. Esta aseveración se desprende de sus palabras: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y así seáis mis discípulos”. Las acciones mismas de Dios en nuestras vidas van dirigidas a prepararnos y entrenarnos para que llevemos mucho fruto. “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve más fruto”. Así como el jardinero corta y poda las plantas para que estén en capacidad de llevar más fruto, así Dios actúa en nuestras vidas, podando y cortando, vale decir, formándonos para que seamos aptos para producir fruto abundante, “a ciento por uno”. Dios desea que experimentemos el gozo de generar fruto.
Dios desea que sus hijos sean tanto fieles como fructíferos. Ser fructíferos es la manera de glorificar a Dios: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”. A Dios le agrada que seamos fructíferos. Dice la palabra de Dios: “Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra”.
Un pasaje alternativo que muestra esta misma verdad es la parábola de los talentos de Mateo 25:14-30. Los dos hombres que duplicaron los talentos que su amo les había dado fueron llamados “siervos buenos y fieles”. En otras palabras, ellos probaron su fidelidad produciendo fruto. El siervo pasivo y temeroso que no hizo nada con el talento que le habían dado se le llama “siervo malo y negligente”. El propósito de Dios al mostrar esta historia es claro: Dios espera ver resultados. Dios quiere que seamos productivos. Nuestra fidelidad se muestra por nuestros resultados.
Para reflexionar:
- ¿Está usted aprovechando las oportunidades y talentos que Dios le ha concedido para producir fruto?
- ¿Prefiere ser consumidor de frutos? O ¿Prefiere ser productor de frutos?
- ¿Qué clase de fruto está produciendo usted?
Acerca de este Plan
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Dios es el gran labrador que con amor, paciencia y firmeza poda las ramas de la vid con el propósito de que sean más fértiles y lleven más fruto. Experimentar la poda de Dios puede significar ser sometidos a la prueba y la disciplina de Dios, y puede resultar doloroso, pero es un proceso necesario en nuestras vidas para ser produtivos y sanos.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/