Experimentando la poda del labrador celestialEjemplo
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La fidelidad en producir fruto se observa en el cultivo del carácter
El fruto que el labrador celestial desea para sus hijos es la semejanza con Cristo (Gálatas 5:22-23). Un buen parámetro para medir el fruto que Dios espera en la vida del creyente, es el fruto del Espíritu Santo. Un verdadero cristiano se reconoce por sus frutos. Así como se espera que un árbol bueno de buenos frutos, así se espera que el verdadero cristiano de buenos frutos; y estos son todas sus buenas obras, su buen testimonio, su servicio a Dios y a los santos y, en general, su vida de piedad y santificación.
La fidelidad en llevar frutos no sólo se limita a producir resultados para el reino de Dios, sino que también tiene una aplicación personal. Está relacionada con el tipo de carácter que desarrollamos y, en consecuencia, con el tipo de conductas y actitudes que manifestamos. En eso también se observa la fidelidad. Jesús dijo: “Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo. A cada árbol se le reconoce por su propio fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” (Lucas 6:43-45).
Dado que nuestra vida es ilustrada en forma figurativa como un árbol, debemos responder la pregunta: ¿Qué clase de fruto hay en mi árbol? No podemos dar lo que no tenemos. Por otra parte, sin fruto interno es difícil producir fruto externo.
¿Qué tiene usted para dar?
La repuesta a esta pregunta depende del tipo de fruto que usted está produciendo.
¿Qué estamos produciendo para dar?
La mayoría de las personas concentran sus esfuerzos en recoger frutos en lugar de producirlos. Es más fácil ser un consumidor que ser un productor; por eso hay tantas personas alrededor de nosotros con necesidades que pocos pueden cubrir.
Acerca de este Plan

Dios es el gran labrador que con amor, paciencia y firmeza poda las ramas de la vid con el propósito de que sean más fértiles y lleven más fruto. Experimentar la poda de Dios puede significar ser sometidos a la prueba y la disciplina de Dios, y puede resultar doloroso, pero es un proceso necesario en nuestras vidas para ser produtivos y sanos.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/