Experimentando la poda del labrador celestialMuestra
Dios es el labrador que poda las ramas que están en la vid. Cristo es la vid, y nosotros los creyentes somos los pámpanos (ramas) que necesitan ser podadas para que lleven fruto.
Hay dos formas en que Dios nos poda:
- Las circunstancias de la vida (pruebas, adversidades).
Dios usa las circunstancias de la vida diaria para traer madurez espiritual a nuestra vida (Santiago 1:2-4).
- La palabra de Dios. “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado” (vers. 15:3).
En este pasaje se enfatiza a la palabra de Dios como las tijeras con que Dios poda. Un requisito para que la palabra de Dios sirve para la poda, es que ella more en nuestras vidas (vers. 7), por eso necesitamos darle cabida a la palabra de Dios.
Esta verdad se refleja en estos dos pasajes de la Escritura:
- “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…”. 2 Timoteo.3:14-17
- “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Hebreos 4:12-13
La palabra de Dios es el bisturí de Dios
Con ella corta y poda lo que no nos conviene, lo que no nos edifica, lo que estorba. La palabra de Dios, es como las tijeras del labrador. Las verdades y principios de la palabra de Dios llegan a donde no puede acceder ningún bisturí de cirujano: al alma, al espíritu, a los pensamientos (creencias, mapas), a las actitudes, a la misma esencia de nuestro ser. Y Dios utiliza sus verdades reveladas en su palabra, para moldearnos, limpiarnos y madurarnos en nuestro caminar de fe con Él.
La palabra de Dios es un agente limpiador. Condena al pecado, amonesta las conductas inadecuadas, inspira santidad, promueve crecimiento. Jesús continúa lavando a su gente a través de la palabra de Dios (Efesios 5:26).
Acerca de este Plan
Dios es el gran labrador que con amor, paciencia y firmeza poda las ramas de la vid con el propósito de que sean más fértiles y lleven más fruto. Experimentar la poda de Dios puede significar ser sometidos a la prueba y la disciplina de Dios, y puede resultar doloroso, pero es un proceso necesario en nuestras vidas para ser produtivos y sanos.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/