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Experimentando la poda del labrador celestial

DÍA 1 DE 10

Jesús es la vid verdadera. Debemos tener nuestras raíces en Él si queremos dar fruto para Dios. Esta metáfora de la vid y el pámpano hace hincapié en la dependencia total y en la necesidad de conexión constante con Cristo.

  • Cambios necesarios en la vida del creyente

Este pasaje nos habla de la poda. La poda está referida a la labor de un labrador que corta o limpia una planta, con el objetivo de que ésta fructifique más, se haga más productiva. En nosotros los creyentes la poda es la que permite que alcancemos nuestro máximo potencial espiritual. La poda también está asociada a los cambios que necesitamos hacer en nuestra vida, para poder avanzar hacia el cumplimiento de nuestros propósitos en Dios. 

Su objetivo es garantizar que permanezcamos en Cristo y demos fruto, porque la opción de no permanecer en Cristo es ser cortado y echado. Y para permanecer necesitamos dar fruto. “Todo pámpano (rama) que en mí no lleva fruto, lo quitará, y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”. Llevar fruto no es opcional en el reino de Dios. Producir fruto es la norma de Dios para todo creyente. Dios no quiere creyentes espirutualmente enfermos, ni ociosos, estériles e improductivos. 

  • La relación vital entre el pámpano y la vid

Jesús hizo hincapié en una relación mutua. “Permaneced en mí, y yo en vosotros”. No es solo que el discípulo permanezca en Cristo; Cristo también permanece en el discípulo. Jesús utilizó esta imagen para asegurar a sus discípulos la conexión continua y la relación vital con Él. Sin embargo, dijo esto de una manera que también indicaba un aspecto de elección por parte de ellos. Permanecer era algo que ellos debían elegir y procurar como un acto de su voluntad. Esto subraya la necesidad del creyente de procurar la comunión y obediencia a Dios. 

Día 2

Acerca de este Plan

Experimentando la poda del labrador celestial

Dios es el gran labrador que con amor, paciencia y firmeza poda las ramas de la vid con el propósito de que sean más fértiles y lleven más fruto. Experimentar la poda de Dios puede significar ser sometidos a la prueba y la disciplina de Dios, y puede resultar doloroso, pero es un proceso necesario en nuestras vidas para ser produtivos y sanos.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/