Experimentando la poda del labrador celestialMuestra
Dios es el labrador que poda las ramas que están en la vid. Cristo es la vid, y nosotros los creyentes somos los pámpanos (ramas) que necesitan ser podadas para que lleven fruto.
3. Ningún creyente está exento de la poda. El propósito de la poda, es que podamos ser más productivos para fructificar. Dios quiere que todos sus hijos fructifiquen, esa es su voluntad directiva para todo creyente. Así funciona el diseño de Dios. Por lo tanto, ningún creyente está exento de la poda, porque ningún creyente está exento de producir fruto.
4. La poda es indispensable para el crecimiento, la sanidad y la productividad como creyentes. Sin la poda la planta estaría funcionando en forma disfuncional e improductiva. Como labrador Dios necesita cortar la muerto y enfermo, y limpiar / podar lo sano, para traer fertilidad, sanidad y funcionalidad a la planta. El crecimiento se da desde la sanidad, no desde la patología. Así ocurre en nuestras vidas, sino se quita lo que está enfermo y se limpia lo que está sano, no crecemos en la vida espiritual. Por eso es necesario la poda. El crecimiento ocurre si nos deshacemos de los inadecuado, de lo enfermo, de lo que estorba, lo superfluo e innecesario.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará…Todo aquel que lleva fruto, lo limpiará: Esta palabra para limpiará es la misma palabra traducida como purificar en otros lugares. La misma palabra podría aplicar a “podar” o “purificar” en el griego antiguo. El labrador limpia la vid que lleva fruto para que lleve más fruto. “Si se descuida, una vid puede producir una buena cantidad de crecimiento improductivo. Para una mayor productividad es esencial una podada extensa.” (Morris).
“La madera muerta es peor que la falta de fruto, pues la madera muerta puede albergar enfermedad y decadencia… Dios remueve la madera muerta de su iglesia y disciplina la vida del creyente para que se dirija a una actividad fructífera” (Tenney). “Y si fuera doloroso sangrar, es peor marchitarse. Mejor ser podado para crecer que cortado para quemarse” (Trapp).
Acerca de este Plan
Dios es el gran labrador que con amor, paciencia y firmeza poda las ramas de la vid con el propósito de que sean más fértiles y lleven más fruto. Experimentar la poda de Dios puede significar ser sometidos a la prueba y la disciplina de Dios, y puede resultar doloroso, pero es un proceso necesario en nuestras vidas para ser produtivos y sanos.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/