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Hábitos Para Comenzar El Año

DÍA 5 DE 9

El hábito de construir relaciones

“La única forma de tener un amigo, es siendo uno” (Ralph Waldo Emerson).

El hábito de Jesús de construir relaciones significa el tomar la iniciativa de acercarse a otras personas, más allá de lo circunstancial o superficial. Jesús, intencionalmente “fabricaba el escenario” para tener encuentros significativos y profundos con todo tipo de personas. Para Jesús, el construir relaciones no era algo esporádico o fortuito. El Señor construyó relaciones con toda intención y propósito, tomando el tiempo necesario para ello.

Para Jesús, construir relaciones fue una prioridad en su ministerio. Sabía que las relaciones humanas son la llave al corazón de la gente. Sus diferentes encuentros nos muestras múltiples maneras de construir estas relaciones. Jesús construyó relaciones con personas tan diversas como Leví (Mateo), que se dedicaba a cobrar impuestos a sus compatriotas judíos para entregárselos a los romanos, y Simón el zelote, quien pertenecía al grupo de los “zelote”, facción violenta y completamente contraria a la dominación romana. Aún siendo tan diferentes Leví y Simón, Jesús los llamó a ambos a formar parte de sus doce más cercanos.

Algo importante a resaltar es que Jesús tomaba la iniciativa para construir relaciones. Mientras para algunos es más fácil construir puentes con quienes nos caen bien o con quienes congeniamos, la vida de Jesús nos invita a acercarnos a aquellos con quienes no estamos totalmente de acuerdo. La historia de “Jesús y la mujer samaritana” (relatada en el evangelio según Juan, capítulo 4) es el ejemplo perfecto de cómo Jesús no dejaba al azar la construcción de relaciones; al contrario, Jesús de manera intencional se acercó a la mujer, estableció un tema común de plática, para poder ir hacia la profundidad de la necesidad de su corazón, aún siendo samaritana, un grupo étnico con enemistad declarada hacia los judíos.

Un reto para nosotros es poder crear las atmósferas de confianza, seguridad y amor para poder ir más adelante; ir a la profundidad del corazón de las personas que nos rodean. ¡No esperemos a que las personas se acerquen a nosotros! ¡Demos nosotros el primer paso! ¡Acerquémonos a ellas con sabiduría y amor!

Jesús hizo caso omiso de las “etiquetas” que la sociedad ponía sobre las personas. Frecuentemente fue criticado por la élite religiosa de la época, pues Jesús gustaba de asociarse, comer, platicar, y escuchar, a personas ignoradas o rechazadas en esos tiempos. ¡Toda clase de personas disfrutaba de pasar tiempo con el Maestro, y Jesús recibía y disfrutaba pasar tiempo con toda clase de personas! ¡Él no hacía acepción de personas!

Jesús valoraba más a las personas que a las normas. Marcos 2:23- 27 nos relata a Jesús sanando a un enfermo en día de reposo
. Esto le generó la crítica mordaz de los legalistas quienes consideraban que no se podía hacer ninguna clase de trabajo en el día de reposo.

Jesús contestó de forma magistral que el día de reposo había sido hecho para beneficio del ser humano, y no al revés. Las personas son más importantes que las normas. Jesús entendió que el propósito de la Ley de Dios era la bendición del ser humano. Los religiosos de la época habían añadido tantas prescripciones a la Ley de Dios, que lejos de ser bendición para las personas, resultaba una carga que quienes habían añadido tales preceptos ni siquiera deseaban cargar (Lucas 11:46).

En las relaciones humanas, debemos buscar más la relación que un simple cumplimiento de normas. Si bien Dios nos da Su Palabra para nuestra bendición, en ocasiones ponemos “cargas extras” (que ni siquiera son bíblicas) sobre las personas.

Algunos enemigos a la hora de construir relaciones pueden ser:

• Pasado: “He sido dañado en relaciones anteriores”.

• Orgullo: “Si quiere relacionarse conmigo, que él/ella de el primer paso".

• Prejuicio: “Yo creo que esa persona es…”.

• Egoísmo: “Tengo otras cosas más importantes que hacer”.

• Agenda: “No tengo tiempo”.

George Gallup, en un discurso en el Seminario Teológico de Princeton, presentó seis necesidades básicas de todo ser humano, en lo que se refiere a las relaciones humanas.

Estas son: la necesidad de creer en una vida de significado y propósito, la necesidad de una comunidad y de relaciones profundas, la necesidad de ser apreciado y respetado, la necesidad de ser escuchado y de escuchar, la necesidad de crecer en la fe junto a otras personas, la necesidad de proveer y recibir ayuda para avanzar hacia una fe madura.

Aquí te compartimos algunos pasos muy prácticos que te ayudarán a construir mejores relaciones:

• Sé tú mismo. Así como debes aceptar a las personas tal y como son, no busques ser una persona que no eres. Aprende a relacionarte como eres, pues finalmente cada ser humano es único e irrepetible.

• Ora por tus encuentros cotidianos. Pida a Dios estar alerta a las oportunidades que tendrás durante el día para conectar con nuevas personas o para profundizar con aquellas personas con las que ya tienes una relación.

• Sonríe. ¡Una sonrisa abre puertas! No por nada la Biblia dice “Que su amabilidad sea conocida por todas las personas” (Filipenses 4:5).

• Elogia a las personas. Encuentra alguna virtud o algo que elogiar de las personas con las que te relacionas. En lugar de enfocarte en los defectos, halaga a las personas con las que te relacionas.

• Escucha activamente. Mira a los ojos cuando hablen contigo y presta total atención a la hora de escucharlos. Las personas notamos cuando alguien no nos está poniendo atención, y es una manera de expresar sin palabras, que la persona no nos interesa.

• Ayuda en alguna necesidad. Puede ser algún “aventón” al trabajo o a la escuela; puede ser una sencilla llamada telefónica cuando alguien enferma.

Busca oportunidades para servir a la persona con quien buscas entablar una relación.

• Haz regalos. No tiene que ser algo sumamente costoso. Algún obsequio sencillo, alguna nota, un pastel horneado por ti. Los obsequios hacen sentir a la persona que es realmente apreciada.

• Comienza con ambientes familiares. Comienza a establecer relaciones con personas con las que tengas algo en común: familia, trabajo, vecinos, escuela, iglesia.

Jesús tenía una marcada tendencia de construir relaciones. Todo tipo de personas disfrutaban de pasar tiempo con Jesús. Él, de manera intencional se acercaba a diferentes tipos de personas para añadirles valor, para escucharlas, para prestarles atención.

Un seguidor de Jesús debe buscar “puentes” para conectar con las personas y no barreras para separarse de ellas. A final de cuentas, el mensaje del evangelio es llevado con mayor efectividad cuando el receptor del mismo percibe un interés genuino hacia su persona.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Consideras que mantienes relaciones saludables con las personas a tu alrededor, o consideras que es un área de oportunidad en tu vida?

2. ¿Normalmente eres proactivo a la hora de relacionarte con los demás?

3. ¿Hay personas con las que te cuesta trabajo construir relaciones?

4. ¿Crees que podrías mejorar el hábito de la construcción de relaciones en tu vida?

5.¿Qué obstáculos enfrentas para llevarlo a cabo?

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

Hábitos Para Comenzar El Año

Tú y yo no somos más que la suma de nuestros hábitos. Piénsalo por un momento. Lo que tú eres el día de hoy es simplemente la suma de los hábitos que te han traído hasta el lugar en donde te encuentras en este momento. En este sencillo plan devocional queremos invitarte a construir buenos hábitos. Hábitos saludables. Hábitos de bendición. Hábitos que te lleven a un futuro mejor, pero, sobre todo, a agradar a Dios con tu manera de vivir.

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Nos gustaría agradecer a Ponlo en práctica por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: instagram.com/ponloenpractica_?igsh=MThueWFocXZyZGp1eQ==