31 Lecciones Para Fortalecer La FeMuestra
Lección 24
La Ley de La Siembra y La Cosecha, Parte 3
Mientras la tierra permanezca, la siembra y la cosecha, el frío y el calor,
el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán.
Génesis 8:22
¡Dios quiere que Su pueblo sea próspero! A través de la Biblia él promete que si obedecemos a su Palabra y obedecemos sus leyes y ordenanzas, viviremos en abundancia.
Dios tiene grandes planes que van a hacer tambalear las mentes de los hombres en el mundo. ¡Él está levantando un ejército de Abrahanes del Nuevo Pacto! Un pueblo que es bendecido abundantemente y es fiel y diligente como Abraham. Este pueblo será responsable de financiar el más grande avivamiento que ha visto este planeta.
Dios no solo quiere que tus necesidades sean suplidas, sino que también quiere que coseches una abundante cosecha todo el tiempo para que puedas alcanzar el mundo. Puedes establecerte tanto en ese hecho como en tu salvación. Si alguien me dijera que no me iré al cielo, estaría perdiendo su tiempo. Yo SE que iré al cielo. De la misma manera, no puedes decirme que no es la voluntad de Dios que yo prospere. Es demasiado tarde para decirme eso – yo ya estoy prosperando.
Las leyes de la siembra y la cosecha no pueden ser cambiadas, y DIOS NO PUEDE MENTIR. Su Palabra promete que todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará (Gálatas 6:7), así que cosechamos todo lo que sembramos.
Algunos del pueblo de Dios han estado sembrando entre espinos. Recuerda lo que dijo Jesús en Marcos capítulo 4 sobre el sembrador. 6¡Oíd! He aquí, el sembrador salió a sembrar…7 otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. (Marcos 4:3,7) No puedes sembrar flores hermosas y malezas en el mismo jardín. Las malezas ahogarán las flores y las rebasarán, y eventualmente, tendrás un jardín de malezas. Las flores y las malezas no son compatibles. Cuando las siembras juntas, estás sembrando tu campo con dos clases de semillas. No siembres tu campo con dos clases de semillas. Cuando siembras tu semilla financiera a tu iglesia como un diezmo, o siembras en un ministerio como ofrenda, o das una ofrenda al pobre, no vayas a casa y empieces a hablar sobre no tener suficiente dinero. Cuando hablas de carecer de finanzas, estas plantando malezas encima de toda la buena semilla que acabas de sembrar.
Lo que confiesas sobre tu diezmo es una parte vital de diezmar. Diezmar es una ordenanza de Dios, y debemos confesar acorde a Deuteronomio 26 lo que la Palabra dice. No solo eches tu diezmo al alfolí y después hables sobre no tener suficiente para pagar tus deudas. Haz una confesión sobre tu diezmo, y cree en tu corazón que es una semilla plantada que traerá abundante cosecha de acuerdo a la Palabra de Dios.
Mucha gente no es consistente en su diezmo. Diezman por un tiempo, y porque no ven una cosecha inmediata, empiezan a retener sus diezmos y son atrapados por el enemigo porque el diablo no quiere que diezmes. Si decides diezmar sólo cuando tienes suficiente de sobra, el diablo se va a asegurar que nunca tengas dinero de sobra. Cuando retienes tu diezmo, le estas robando a Dios.
8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: “¿En qué te hemos robado?” En los diezmos y en las ofrendas. 9 Con maldición estáis malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando. 10 Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto —dice el Señor de los ejércitos— si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Por vosotros reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo; ni vuestra vid en el campo será estéril —dice el Señor de los ejércitos.
Malaquías 3:8-11
Este es el único lugar en la Biblia donde Dios nos dice que lo probemos y veamos si no lo hará. Él promete que si guardamos sus ordenanzas, vamos a tener una cosecha tan abundante que no tendremos espacio para contenerla toda. Si no estás recibiendo ese tipo de cosecha ahora, entonces Dios dijo en Hageo 1:5 considerad bien vuestros caminos.
Jeremías 4:3 nos dice romped el barbecho, y no sembréis entre espinos. Si tu jardín no está produciendo el tipo de cosecha que quieres en la vida, árala y empieza de nuevo. La Biblia describe la Palabra de Dios como una espada de doble filo. Un lado de la espada es para ti, y el otro es para el diablo. Se requiere de un instrumento afilado para cavar las malezas de la tierra. La Palabra de Dios es el instrumento afilado que usamos para cavar la duda, incredulidad y pecado en nuestros corazones. La tierra ahora está lista para nuevas semillas.
Le doy a Dios y a su Palabra toda la alabanza, honor y gloria pues esto ha pasado en mi vida desde que nací de nuevo en 1969. Intenté obtener éxito por medio de caminos mundanos, y fui un fracaso. Entonces escogí a Dios. La Palabra de Dios limpió toda semilla negativa e infructuosa y creó nueva y nutritiva tierra, y no soy más un fracaso.
La fe requiere diligencia.
Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan con diligencia.
Hebreos 11:6
La pereza es una falta de diligencia. Va a causar pobreza y una vida de miseria. La Biblia se refiere al holgazán como alguien perezoso.
30 He pasado junto al campo del perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento, 31 y he aquí, estaba todo lleno de cardos, su superficie cubierta de ortigas, y su cerca de piedras, derribada.
Proverbios 24:30-31
Muchas veces he visto gente venir a cruzadas y encenderse a la Palabra. De inmediato comienzan a sembrar buenas semillas. Pero al no ver su cosecha de inmediato, se desaniman y se vuelven perezosos. Antes de que lo sepas, están sembrando esos espinos otra vez. Su entusiasmo y diligencia se han ido, y no pueden entender por qué no están cosechando. No puedes dejar que tu campo crezca entre espinos y esperar una cosecha. El cultivo requiere de mucho trabajo, y un alma ociosa va a padecer hambre. El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha. (Proverbios 13:4)
La pereza es enemiga de la fe. La holgazanería te robará tu cosecha. La Biblia nos dice que los pensamientos del diligente ciertamente son ventaja (Proverbios 21:5) – ellos ven sólo abundancia. Un hombre diligente verá más allá del problema y buscará la solución, y hará un esfuerzo firme para lograrlo. Ni siquiera piensa en renunciar porque lo único que puede ver es victoria.
10 Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos. 11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para alcanzar la plena seguridad de la esperanza: 12 a fin de que no seáis perezosos, sino imitadores de los que mediante la fe y la paciencia heredan las promesas.
Hebreos 6:10-12
Ser paciente significa ser constante y consistente, nunca cambiar sin importar las circunstancias.
No te desanimes cuando no pareciera que estas cosechando. Un agricultor no siembra su semilla un día para ir a cosechar la siguiente mañana.
Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado.
Eclesiastés 3:1-2
Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. (Gálatas 6:9) Hay un tiempo para tu cosecha. Si no te cansas y dejas de plantar, y sigues obedeciendo a Dios y sus mandamientos, entonces vas a cosechar mucho.
Dios cumplirá Su Palabra y la honrará. Él no hace acepción de personas, y honra a todos los que lo obedecen. La desobediencia, sin embargo, resultará en una escaza cosecha. En el libro de Malaquías, Dios reprende a su pueblo por no obedecerle. Aunque le desobedecieron, Dios aun así les dijo que los amaba. Yo os he amado —dice el SEÑOR—. Pero vosotros decís: ¿En qué nos has amado? (Malaquías 1:2). Empezaron a flaquear en su fe porque no miraban ninguna bendición. También decís: “¡Ay, qué fastidio!”. Y con indiferencia lo despreciáis —dice el Señor de los ejércitos (Malaquías 1:13.)
Habéis cansado al SEÑOR con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Todo el que hace mal es bueno a los ojos del SEÑOR, y en ellos Él se complace; o: ¿Dónde está el Dios de la justicia?
Malaquías 2:17
En otras palabras, dicen: “Mira a todos esos pecadores. Parece que les va muy bien. Dios los bendice, pero ¿qué hay de nosotros? Hemos tratado de vivir correctamente, ¿y qué bien nos ha hecho?”. Cuando la gente comienza a comparar al pecador y lo que tienen con lo que ellos tienen y parece que al pecador le va mejor, esa actitud es ruda contra Dios.
13 Vuestras palabras han sido duras contra mí —dice el SEÑOR—. Pero decís: “¿Qué hemos hablado contra ti?”. 14 Habéis dicho: “En vano es servir a Dios. ¿Qué provecho hay en que guardemos sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del SEÑOR de los ejércitos?".
Malaquías 3:13-14
He escuchado a algunos decir: “Me iba mejor antes de todo esto". Cuando dices cosas como esas estás hablando palabras contra Dios. El diablo quiere que te canses y te rindas. Él trata de canalizar toda la riqueza a las manos de los pecadores para mantenerla fuera de tus manos. La Biblia, sin embargo, nos revela a nosotros que los ricos viviendo en el mundo sólo son reservorios. La Versión Amplificada dice:
…pero la riqueza del pecador está reservada para el justo.
Proverbios 13:22
Incluso cuando lo estropeamos, cuando desobedecemos a Dios y fallamos en guardar sus mandamientos, todo lo que tenemos que hacer es arrepentirnos y decir: “Lo siento, me arrepiento, perdóname” y Él hará borrón y cuenta nueva y nos tratará como si nunca pasó.
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis estatutos y no los habéis guardado. Volved a mí y yo volveré a vosotros —dice el SEÑOR de los ejércitos.
Malaquías 3:7
El día de tu cosecha se acerca. No te canses ni te apresures a cavar tu semilla. SIGUE PLANTANDO buena semilla en tu campo; entonces vas a llenar tu depósito.
Acerca de este Plan
Estas lecciones representan muchos años de estudio, investigación, oración y comunión con el Espíritu Santo. Las revelaciones que compartí en cada lección las he aplicado en mi vida y ministerio durante más de cincuenta años. Las he diseñado para que tengas una lección para cada día del mes. Al comienzo de un nuevo mes, regresa nuevamente a la lección número 1. Repite esto todos los meses durante un año entero. Hacer esto establecerá estos principios firmemente en tu vida.
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Nos gustaría agradecer a Jerry Savelle por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://jerrysavelle.org