La Libertad en CristoMuestra

Ninguna condenación

¿Cree que a Dios le gusta su manera de ser? “¿No querrá usted decir si 'me ama'?”, me preguntará. No, si le gusta como es usted. ¿Cree usted que a Dios le gusta como es usted? Esta es una de mis preguntas favoritas. La razón es que va directo al núcleo de cómo una persona cree que en realidad se siente Dios en cuanto a ella. Entonces, ¿cree usted que a Dios le gusta su manera de ser? Si Él se le apareciera en forma corporal, ¿cree que le buscaría? ¿Sería usted alguien con quien le gustaría rodearse?

¿No es extraño que nos sintamos mucho más cómodos con el concepto de “amor” que con el concepto de “gustar” cuando se trata de los sentimientos de Dios hacia nosotros? ¿Cuál cree que sea la razón? A menudo, la razón radica en el hecho que no hemos llegado a comprender en realidad hasta qué punto Dios nos ha perdonado. En consecuencia, vivimos con un sutil sentimiento de condenación. Es como si siempre hubiera una nube oscura separándonos de Dios. Decimos que hemos sido perdonados, pero en nuestro corazón nunca estamos convencidos por completo de que Dios no siga todavía un poco enojado con nosotros.

La verdad es que cada motivo que Dios tenía para estar enojado con nosotros fue resuelto en el Calvario. Nuestro perdón es tan completo que Dios no solo está libre para amarnos, sino que también podemos gustarle. Piense en esto: “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8.1). Si usted ha puesto su confianza en Cristo para el perdón de sus pecados, la Biblia dice que está en Cristo. Y una vez que usted fue colocado en Cristo, fue separado de la culpa que antes trajo condenación divina. Usted no está condenado. Cristo fue condenado en su lugar, y ahora usted es libre.

“Pero”, podría preguntarse, “¿por qué me siento tan condenado? ¿Por qué no me siento perdonado?”. Quizás porque no ha decidido creer del todo en lo que Dios dice en su Palabra. En vez de eso, ha medido su valía y aceptabilidad por su desempeño. Para estar libre de sentimientos de condenación, debe renovar su mente con esta poderosa verdad: “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.