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El arte de manejar

Cuando mi hija mayor estuvo lista para obtener su licencia de conducir, decidimos hacer su educación vial por nuestra cuenta. Según recuerdo, la frase que más le dije a mi hija cuando la llevé a practicar la conducción fue: "Más despacio, más despacio, más despacio". Ya sea que ella se acercara al auto que estaba delante de nosotros en un semáforo en rojo o tomara una curva tan rápido que parecía como si estuviéramos volcados sobre solo dos ruedas, la parte del auto que más quería asegurarme de que ella dominara era el pedal del freno. De hecho, recuerdo que pensé que sería una gran idea si los autos de educación vial estuvieran equipados con un pedal de freno en el lado del pasajero para que yo pudiera aplicar los frenos cuando ella no lo hiciera.

Pero no se puede enseñar a alguien a conducir centrándose únicamente en los frenos. Sin embargo, eso es lo que la iglesia ha hecho a menudo al tratar de enseñar a otros cómo sobrevivir en esta vida. ¿Cómo mantienes el rumbo? ¡Solo pisa el freno!

A menudo hablamos de la vida cristiana en términos de "decir no a nuestros deseos". Y si bien es cierto que una de las señales de nuestra madurez en nuestro caminar espiritual es nuestra creciente capacidad de decir “no” a los deseos pecaminosos, también es cierto que una de las señales de nuestra madurez espiritual es nuestra creciente capacidad de cultivar deseos saludables. .

El salmista usa un lenguaje que se consume con deseos correctamente ordenados, buscando a Dios, anhelando a Dios y teniendo sed de Dios. Modelar nuestras vidas según el salmista es desarrollar el arte de dirigir. En lugar de centrarnos únicamente en los frenos, podemos hacernos la pregunta: "¿A dónde queremos ir en la vida?" Luego, trabajamos para cultivar los buenos deseos que nos llevarán allí con la guía y dirección del Espíritu Santo. La vida cristiana no consiste sólo en frenar nuestros deseos. También es conocer los deseos correctos y encaminarse bien por el camino correcto.

Reflexión:

¿En qué prácticas puedes concentrarte que te ayuden con “el arte de dirigir”: seguir la dirección correcta para tu vida?

Dr. Jim Fitzgerald

Presidente y Profesor de la Escuela de Teología y Ministerio