SumergirMuestra
Hablar vida
A menudo utilizamos la frase “hablar vida” para recordarnos el poder de nuestras palabras. Proverbios 18:21 no deja lugar a confusión: "Las palabras matan, las palabras dan vida; son veneno o fruto, tú eliges". Somos responsables de cada palabra que sale de nuestra boca. No tenemos idea de lo que cada persona lleva consigo y cómo nuestras palabras podrían afectarla. Debemos ser conscientes de cada palabra. ¿Las palabras que dices a veces se sienten como si te estuvieran inyectando veneno? Con suerte, más a menudo son como frutas, que traen alegría y deleite, como morder una fresa dulce en un cálido día de verano.
Nuestras palabras tienen poder cuando hablamos en voz alta con los demás, pero a menudo pasamos por alto el poder de las palabras que nos decimos a nosotros mismos y las voces que permitimos que informen nuestro pensamiento.
Primero, establezcamos que Dios te creó y Dios no se equivoca.
Eres amado.
Eres un tesoro.
Tu vida tiene un propósito.
Es posible que tenga problemas para creer esas verdades porque tenemos un enemigo que trabaja horas extras para hacernos creer una narrativa diferente. Cada canción que escuchamos, libro que leemos y persona influyente que seguimos moldea nuestro corazón y nuestro pensamiento. El enemigo encuentra gozo al derribar la confianza en uno mismo y desinflar la confianza en Dios. Cuando te sientes deprimido, ¿has pasado horas navegando por las redes sociales y comparando tu vida real con los momentos más destacados de los demás? Cuando se siente animado, ¿ha pasado tiempo recientemente con un mentor que le brinde atención y responsabilidad? Cuando te sientes abrumado, ¿buscas la Palabra de Dios o tu teléfono? Estas pequeñas decisiones informan las voces que impactan nuestro diálogo interno. Esto luego influye en el estado de nuestro corazón y finalmente se desborda en las palabras que decimos a los demás.
Mateo 12:34 nos recuerda: “De la abundancia del corazón habla la boca”. Si notas que las palabras para ti y para los demás no hablan de vida, es hora de hacer un chequeo cardíaco.
Dios, que Tu voz sea más fuerte que cualquier otra en mi vida. Guarda mi corazón contra las mentiras del enemigo para que mi corazón rebose de palabras que hablen vida para mí y para los demás.
Reflexión:
Haz un inventario de las voces que hablan en tu vida. ¿Se necesitan cambios?
Haz un inventario de las palabras que salen de tu boca. ¿Qué dicen del desbordamiento de tu corazón?
Katy Bradley
Decana de Estudiantes de SNU
Escrituras
Acerca de este Plan
La Palabra de Dios es un ancla constante, el marco sobre el cual podemos construir nuestras vidas. Su verdad nos habla y nos guía hacia una relación con Jesús. Recopilado por profesores, empleados, estudiantes y ex alumnos de SNU. Este plan es una inmersión profunda en el poder transformador de las Santas Escrituras, que nos convoca a vivir en una relación diaria con Jesús mientras nos comprometemos plenamente a seguirle.
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Nos gustaría agradecer a marian-redwine.com por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.snu.edu/