Conforme al Corazón de DiosMuestra
Un corazón enfocado
Nehemías era un judío que se encontraba en Susa trabajando como copero del rey. Se presume que era descendiente de los israelitas que fueron exiliados a Babilonia. Allí, cuando se encontró con otras personas de su mismo pueblo, les preguntó por aquellos que escaparon del exilio o lograron regresar a Jerusalén después de la deportación.
Al enterarse del estado en que se encontraba su ciudad, Nehemías lloró, hizo duelo y ayunó. Luego surgió en su corazón un deseo, una misión, a la que se dedicaría: ¡Reconstruir las murallas de Jerusalén! Así que oró:
(Nehemías 1:5-11 RV60)
La magistral oración de Nehemías finalizó pidiendo la bendición divina para cumplir con la misión que él mismo se había autoimpuesto, pero que -probablemente- el Señor inspiró.
No se sabe cuántos días transcurrieron luego que él hizo esa oración hasta que el rey Artajerjes le preguntó a Nehemías porqué su semblante mostraba tristeza. En ese momento Nehemías sintió mucho temor. Pero, aun así, dio un paso de fe y enfrentó su miedo contándole su sueño de reconstruir los muros de la ciudad donde estaban enterrados sus padres. Y el rey le dijo: “¿Qué necesitas?” Frente a esa interrogante, Nehemías ya tenía un plan y estaba enfocado en realizarlo. Sabía qué precisaba, mas no se olvidó de orar a Dios para que, con su poder, hallara favor a los ojos del hombre a quien servía (Nehemías 2:1-8).
Cuando Nehemías llegó a Jerusalén, lo primero que hizo fue observar el panorama al que se enfrentaba para darse una idea sobre la dificultad de la tarea que tenía por delante.
Después de analizar la situación, Nehemías habló con los habitantes de Jerusalén y pidió ayuda para completar la misión que se había propuesto en su corazón. También les contó cómo Dios lo respaldó para emprender ese viaje.
“Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien” (Nehemías 2:17-18 RV60).
TALLER DE VIDA
1. Cuando escuchas una noticia triste, al margen de las respuestas naturales (como el llanto), ¿qué acciones espirituales realizas?
2. Estudia la oración de Nehemías y saca algunos principios de su contenido para aplicarlos en tus oraciones. Por Ej. Principio 1: Alabanza y reconocimiento de los atributos de Dios.
3. Como Nehemías, ¿diste un paso de fe a pesar de tener miedo? ¿Qué hiciste?
4. Al margen de pedir la gracia del Señor, Nehemías ya sabía lo que necesitaba para su emprendimiento. ¿Tienes algún sueño? ¿Estás orando por él y, al mismo tiempo, trabajando en él?
5. Cuando hablas con otras personas, ¿reconoces el favor de Dios y lo honras a Él?
ORACIÓN
• Para que siempre nuestro espíritu esté conectado con el cielo mientras realizamos las tareas cotidianas.
Al mismo tiempo que el pueblo despertó de su letargo y comenzó a reconstruir las murallas, los enemigos surgieron. Primero Sanbalat, Tobías y Gesem el árabe se burlaron de ellos y del proyecto que tenían (Nehemías 2:19).
Pero eso no detuvo a los israelitas que se unieron y ayudaron a reconstruir la muralla de Jerusalén hasta la mitad de su altura (Nehemías 4:6 RV60). Cada uno trabajó en su sector y sus nombres fueron registrados (Nehemías 3). Quizás no todos están en la Biblia, pero sí en el corazón de Dios.
Como la obra avanzaba muy bien, los enemigos de Israel estaban encolerizados. Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod, decidieron atacar Jerusalén e incluso enviaron a otros judíos -que vivían en su territorio- a amedrentar a quienes reconstruían la ciudad. Mas Nehemías no se rindió. Oró al Señor y preparó al pueblo para la lucha, si era necesario. Y les recordó quién era Dios y por quién debían combatir.
Entonces Nehemías trazó una estrategia para seguir adelante con la obra y, al mismo tiempo, defenderse de sus adversarios:
(Nehemías 4:16-18 RV60).
Como vemos, los israelitas se organizaron muy bien: Mientras construían, tenían lista su arma para batallar en cualquier momento. En todo ese tiempo tuvieron mucha disciplina y constancia.
Varias veces los enemigos intentaron atemorizar y matar a Nehemías. Mas él nunca cayó en sus trampas, pues su corazón no se apartó de la misión que se había propuesto.
Nehemías siempre le pidió a Dios fortaleza porque sabía que mantenerse firme y enfocado no sería fácil. ¡Y el Señor nunca lo abandonó!
TALLER DE VIDA
1. ¿Alguna vez se burlaron de ti o te menospreciaron por servir al Señor? En ese momento, ¿qué hiciste?
2. Cuando realizas un trabajo para Dios, sinceramente, ¿esperas el reconocimiento de las personas o es suficiente saber que Él está enterado?
3. En tu comunidad de fe, ¿hay personas que, en lugar de apoyar, te desalientan? ¿Las escuchas o las ignoras?
4. Para enfrentar las batallas diarias, ¿cuál es la importancia de recordar quién es el Señor?
5. Cuando los enemigos espirituales se levantan en contra nuestra, ¿cómo podemos tener una estrategia para enfrentarlos?
ORACIÓN
• Para que en el diario vivir los cristianos aprendamos a combinar trabajo y oración.
Acerca de este Plan
Cada persona que se encuentra cara a cara con el Señor debe permitir que el Espíritu Santo eduque su corazón hasta llegar a tener un corazón conforme a Dios. Hazte cargo de tu corazón. ¡Cúidalo! Recuerda, los hábitos crean la condición de tu corazón. “CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS” es un recurso espiritual valioso para cultivar UN CORAZÓN MUY CENTRADO EN EL SEÑOR.
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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.intimidad-con-dios.com/