Conforme al Corazón de DiosMuestra

Un corazón apasionado por Dios

José era el hijo que más amaba Jacob “porque le había nacido en su vejez” (Génesis 37:3). Cuando tenía un poco más de 17 años, por orden de su padre, él fue a buscar a sus hermanos que se encontraban apacentando los rebaños (v. 14).

Mientras se acercaba a ellos, sus hermanos tramaron matarlo (v. 18). Lo odiaban porque se daban cuenta que su padre lo amaba más que a ellos y también por la forma en que el muchacho contó unos sueños que tuvo, en los cuales ellos se inclinaban delante de él, como si él fuese su gobernante (v. 5-10).

Cuando José llegó, sus hermanos le arrancaron su hermosa túnica y lo lanzaron en una cisterna vacía (v. 23-24). Más tarde, en lugar de matarlo, decidieron venderlo a unos comerciantes ismaelitas que se dirigían a Egipto (v. 27-28). Allí fue comprado por Potifar, un oficial del faraón (v. 36).

Pero como el Señor estaba con José, tuvo éxito en todo lo que hacía. Potifar se dio cuenta que Dios bendecía a José y lo puso a cargo de su casa. Entonces, sucedió lo inesperado:

(Génesis 39:6-9 NTV)

José fue atacado por sus propios hermanos, quienes lo vendieron como esclavo. Él fue traicionado por aquellos que debían cuidarlo. Ahora no tenía ningún derecho y su vida no le pertenecía. ¡Era propiedad de su amo egipcio! Definitivamente él contaba con muchas razones para estar molesto con Dios. Sin embargo, José mantuvo su fe en Él. Es más, ¡su pasión por Él era tan grande que no quería ofenderlo! Por eso, el joven esclavo huyó. Y aunque la esposa de Potifar lo calumnió y fue enviado a la cárcel, al final el Señor lo honró y lo usó para salvar a su familia y a los egipcios de la muerte.

POEMAS Y CANCIONES DE AMOR A DIOS

A David no sólo se lo conoce como el pastor que enfrentó al gigante o el más grande rey de Israel, también como el dulce cantor de salmos. Él es el autor de, por lo menos, 73 salmos (la versión griega le atribuye 82).

Los salmos son composiciones o cánticos de alabanza o invocación a Dios. Muchos de ellos fueron escritos como sencillos poemas u oraciones que servían para expresar diversas emociones o sentimientos. Por eso, al leer los salmos de David, es tan fácil identificarnos con él.

Entre los salmos que escribió David, destacan aquellos que hablan de su amor apasionado por Dios:

(Salmo 18:1-2 RV60) (Salmo 27:4 RV60) (Salmo 116:1-2 RV60)

TALLER DE VIDA

1. ¿Fuiste tentado o presionado para hacer algo que no honraría a Dios? En ese momento, ¿qué hiciste?

2. ¿Te hirieron las personas que más amabas? ¿Las perdonaste?

3. ¿Alguna vez te enojaste con el Señor? ¿Por qué?

4. ¿Tu pasión por Dios es tan grande que no quieres ofenderlo?

5. Escríbele un mensaje al Señor donde le cuentes tus sentimientos por Él.

ORACIÓN

• Para que, frente a la tentación, primero pensemos: “¡Cómo podría hacerle esto a mi Dios!”.

Daniel era uno de los cautivos de Judá que fue llevado a Babilonia por el rey Nabucodonosor. A su llegada, y cuando todavía era muy joven, él tomó la determinación de guardar su santidad por amor a Dios. Así que hizo varias gestiones para no consumir la comida y el vino del rey que, por lo general, eran dedicados a los dioses que tenían los caldeos.

Después de tres años de entrenamiento Daniel entró al servicio real. Allí permaneció con éxito hasta que la gran Babilonia cayó en manos de los medos y persas. Y un nuevo rey, Darío, comenzó a gobernar.

La idea del rey Darío de ascender a Daniel a máximo jefe de todos los gobernadores, causó gran molestia en los demás. Seguramente su orgullo fue lastimado, ya que Daniel sólo era un cautivo israelita. Por eso buscaron alguna falla de carácter o error administrativo en él. Como no hallaron algo para inculparlo ante el rey, indagaron en su fe y en sus hábitos.

De inmediato los administradores y funcionarios se presentaron ante el gobernante y, después de halagar su ego, le propusieron una nueva ley: Que durante treinta días, nadie elevara una oración a ningún dios ni hombre, sólo al rey Darío. El que no obedeciera, sería arrojado al foso de los leones. Y el monarca firmó la ley sin sospechar la tramoya que se escondía por detrás.

Daniel continuó con su rutina espiritual diaria porque realmente amaba a Dios. ¡Su tiempo de oración no era sólo una costumbre! El edicto real no le impediría tener comunión con Jehová, aunque su misma vida estuviera en riesgo.

Cuando el rey Darío se enteró de lo sucedido, intentó ayudar a Daniel. Pero no pudo hacer nada, porque la ley no podía ser revocada. Así que Daniel fue lanzado al foso de los leones. Al día siguiente, el rey fue deprisa al pozo donde metieron a su amigo.

Enseguida el rey ordenó que arrestaran a los acusadores de Daniel y los lanzaran al foso de los leones (v. 24) y después envió un mensaje a la gente de toda raza, nación y lengua:

(Daniel 6:25-27 NTV)

La pasión de Daniel por Jehová trajo honor al nombre de su Dios.

TALLER DE VIDA

1. Por amor al Señor, y para no ofenderlo, ¿tomaste alguna decisión crucial? ¿Cuál?

2. Los funcionarios no encontraron nada de qué acusar a Daniel. En tu caso, ¿tus compañeros de estudio o de trabajo tendrían motivos para inculparte?

3. Darío cayó en la trampa que le tendieron sus administradores porque se dejó arrastrar por su orgullo. Y a ti, ¿los halagos te metieron en problemas?

4. Como Daniel, ¿cada día pasas un tiempo a solas con Dios? ¿Arriesgarías tu vida por esos momentos con Él?

5. Darío sabía que Daniel era un siervo fiel de Dios. Tu familia, amigos y compañeros de estudio o trabajo, ¿podrían decir lo mismo de ti?

6. La vida de Daniel fue guardada por el Señor porque confió en Él. Y tú, ¿pusiste toda tu esperanza en Él?

ORACIÓN

• Para que los hijos de Dios, con nuestro accionar, honremos su nombre y lo hagamos conocido.