Conforme al Corazón de DiosMuestra

Un corazón sacrificado

Jesús nació con un propósito: Él vino a entregar su vida por la salvación de cada ser humano. Los escribas y fariseos no le arrebataron su futuro. Jesús decidió morir en esa cruz en nuestro lugar. Él es el sacrificio perfecto, como lo explica el autor de Hebreos:

(Hebreos 7:25-27 RV60)

EL MILAGRO RECIBIDO FUE ENTREGADO A DIOS

Ana era una de las esposas de Elcana y vivía en Ramá, en la zona montañosa de Efraín, en la época de los jueces. Era una mujer infeliz porque no tenía hijos y también porque la otra esposa, Penina, se burlaba de ella por su esterilidad.

En una ocasión, mientras visitaban el tabernáculo del Señor, Ana se levantó a orar:

(1 Samuel 1:10-11 NTV)

Ana vació su corazón delante de Dios e hizo un voto: Clamó por un hijo y se comprometió a entregárselo después.

La verdad es que en medio del dolor o del sufrimiento, lo mejor que podemos hacer es decirle al Señor todo lo que sentimos. Él conoce lo que hay en nuestro interior (Hebreos 4:13), pero le gusta que seamos sinceros. Descargarnos delante de Dios trae libertad a nuestras vidas.

Cuando la familia retornó a su hogar, Jehová se acordó de la súplica de Ana. A su debido tiempo di a luz un hijo a quien llamó Samuel, que significa “pedido a Dios” u “oído por Dios”. Ana le puso así porque dijo: “Se lo pedí al Señor” (1 Samuel 1:19-20).

Ana esperó hasta que el niño fuera destetado. Entonces lo llevó al tabernáculo y habló con el sacerdote Elí de esta manera:

(1 Samuel 1:27 NTV).

Ana cumplió su pacto con Dios. Esta madre le dio al Señor lo que más amaba (a su hijo Samuel) y Él se lo devolvió multiplicado:

(1 Samuel 2:21 NTV)

Al final Ana fue recompensada. No sólo tuvo muchos hijos. Samuel llegó a ser juez, sacerdote y profeta de Israel (1 Samuel 3:20; 7:15)

TALLER DE VIDA

1. Jesús murió por ti. ¿Cómo correspondes a su sacrificio?

2. Con todo su ser Ana clamó al Señor por un hijo. ¿Cuál es el milagro que le estás pidiendo a Dios? ¿Crees que Él te lo puede conceder?

3. ¿Eres capaz de vaciar tu corazón delante del Señor? ¿Cómo te sientes después de hacerlo?

4. ¿Qué pactos hiciste con Dios? ¿Los cumpliste todos? Si todavía tienes algún pacto o promesa pendiente, ¿qué harás?

5. Como Ana, ¿eres capaz de darle al Señor lo que más amas?

ORACIÓN

• Para que en el tiempo a solas con Dios siempre seamos transparentes al hablarle de nuestros sueños, frustraciones, temores, sentimientos, etc

UNA MUJER QUE ACEPTÓ SACRIFICARSE POR SU PUEBLO

Hadasa, también llamada Ester, vivía en la ciudad de Susa, en Persia. Allí muchos israelitas, entre los que se encontraban sus familiares, fueron desterrados en el pasado. Ella era una joven huérfana muy bella criada por su primo Mardoqueo como si fuera su propia hija (Ester 2:7).

El rey Jerjes (Asuero) era el monarca más famoso de ese tiempo. Él se quedó sin esposa cuando destituyó a la reina Vasti por no obedecer sus órdenes (1:15-20). Después de cierto tiempo, los asistentes del rey sugirieron buscar jóvenes hermosas y vírgenes en todo el reino y prepararlas por un año para presentárselas al rey. Así él podría elegir a la nueva reina (2:2-4).

Ester fue llevada con muchas otras jóvenes al harén del rey. Mardoqueo le ordenó que no revelara a nadie su nacionalidad judía (2:10). Y al cabo de doce meses de tratamientos de belleza, fue llevada ante Jerjes.

Aunque Ester ya era la reina del imperio persa, nadie conocía el origen de su pueblo porque ella seguía los consejos de Mardoqueo (v. 20).

El rey Jerjes puso por encima de todos los demás nobles a Amán y lo convirtió en el hombre más poderoso del imperio.

Los servidores del palacio le informaron a Amán que Mardoqueo no obedecía la orden del rey y que él era un judío.

Así fue como Amán tramó un terrible complot contra los judíos. Él le dijo a Jerjes que había una raza en todo el imperio que se negaba a obedecer las leyes del rey. Por eso le sugirió emitir un decreto para destruirlos. El rey estuvo de acuerdo y el decreto se redactó a su nombre con la orden de matar, masacrar y aniquilar a todos los judíos en un solo día (el 7 de marzo del año siguiente) a lo largo y ancho de todo el imperio (v. 8-13).

La noticia causó duelo, llanto y lamento entre los judíos. Ester se enteró de la aflicción de su primo y envió al eunuco Hatac a hablar con él. Quería saber qué le preocupaba y por qué estaba de luto.

A través del eunuco Ester le explicó a Mardoqueo que ella no podía presentarse delante del rey sin ser invitada. Si lo hacía estaba condenada a morir, a menos que el rey le extendiera su cetro de oro. Y Mardoqueo le contestó:

(4:13-16 NTV).

Al tercer día del ayuno Ester se presentó delante del rey. En ese momento ella se expuso a la muerte para salvar a su pueblo. Sin embargo, logró el favor del rey y él le extendió su cetro (5:1-2). A partir de ahí los planes de Amán, el enemigo de los judíos, fueron desbaratados y él murió atravesado por un poste (7:10). Así el pueblo israelita fue salvado por una valiente mujer que primero luchó con armas espirituales y, luego, se enfrentó cara a cara con su adversario.

TALLER DE VIDA

1. Ester obedeció las órdenes de Mardoqueo sin cuestionarlas. Para ti, ¿es fácil obedecer a quienes están en autoridad o tienes la tendencia a objetar?

2. A través del eunuco, Mardoqueo le dijo a Ester que -si ella no actuaba- la liberación de los judíos surgiría de otro lado. Entonces, ¿qué mensaje le envió?

3. Antes de presentarse al rey Ester propuso y ejecutó una estrategia espiritual. ¿Qué haces tú cuando tienes que enfrentar grandes desafíos?

4. ¿Eres capaz de sacrificarte por las personas que amas? En tu diario vivir, ¿cómo lo haces?

ORACIÓN

• Para que los cristianos tengamos conciencia que nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra potestades malignas que gobiernan en la tierra (Efesios 6:12).