Conforme al Corazón de DiosMuestra

Un corazón perdonador

El patriarca Jacob (a quien Dios llamó después Israel) tuvo una familia muy grande. Él se enamoró profundamente de Raquel, pero fue engañado por su tío y futuro suegro, quien le dio como primera esposa a Lea, su hija mayor y recién, cuando se consumó el matrimonio, le entregó a la mujer que él amaba.

Como era lógico, la rivalidad entre las hermanas duró toda la vida. Al principio Raquel no podía tener hijos, entonces le pidió a su esposo que se acostara con su criada Bilha. Lo mismo hizo Lea al entregarle a Zilpa, su esclava. De esa manera Jacob tuvo doce hijos: 6 con Lea, 2 con Raquel, 2 con Bilha y 2 con Zilpa (Génesis 35:22-26). En ese contexto de enemistad y competencia se criaron los hermanos.

Los hijos de Jacob con Raquel fueron José y Benjamín. Cuando José tenía diecisiete años cuidaba los rebaños de su padre junto con sus medio hermanos. El muchacho le contaba a Israel las fechorías de ellos. Con seguridad eso empeoró la difícil relación familiar entre los hijos de las 4 esposas. Jacob amaba más a José porque lo tuvo en su vejez. Por eso le mandó a hacer una túnica especial.

Entonces sus hermanos lo odiaron porque se dieron cuenta que su padre lo amaba más a él que a ellos (Génesis 37:2-4).

José tuvo dos sueños que les contó a sus hermanos y a su padre.

El patriarca Jacob (a quien Dios llamó después Israel) tuvo una familia muy grande. Él se enamoró

profundamente de Raquel, pero fue engañado por su tío y futuro suegro, quien le dio como

primera esposa a Lea, su hija mayor y recién, cuando se consumó el matrimonio, le entregó a la

mujer que él amaba.

Como era lógico, la rivalidad entre las hermanas duró toda la vida. Al principio Raquel no podía

tener hijos, entonces le pidió a su esposo que se acostara con su criada Bilha. Lo mismo hizo Lea al

entregarle a Zilpa, su esclava. De esa manera Jacob tuvo doce hijos: 6 con Lea, 2 con Raquel, 2 con

Bilha y 2 con Zilpa (Génesis 35:22-26). En ese contexto de enemistad y competencia se criaron los

hermanos.

Los hijos de Jacob con Raquel fueron José y Benjamín. Cuando José tenía diecisiete años cuidaba los rebaños de su padre junto con sus medio hermanos. El muchacho le contaba a Israel las fechorías de ellos. Con seguridad eso empeoró la difícil relación familiar entre los hijos de las 4 esposas.

Jacob amaba más a José porque lo tuvo en su vejez. Por eso le mandó a hacer una túnica especial. Entonces sus hermanos lo odiaron porque se dieron cuenta que su padre lo amaba más a él que aellos (Génesis 37:2-4).

José tuvo dos sueños que les contó a sus hermanos y a su padre.

Un día Israel envió a José a ver a sus hermanos que estaban en Siquem apacentando las ovejas. Quería saber noticias de ellos. Cuando el joven se acercaba, sus hermanos lo reconocieron y tomaron la decisión de matarlo.

Pero Rubén, el primogénito de Jacob, quiso salvar a José. Él sugirió tirarlo a una cisterna vacía. ¡Y así lo hicieron! Posteriormente, cuando Rubén no estaba, los hermanos vendieron a José como esclavo a una caravana de mercaderes madianitas que se dirigía a Egipto (v. 28).

Cuando la caravana llegó a su destino, vendieron a José a un oficial importante del faraón, llamado Potifar (v. 36). El Señor bendijo la casa de Potifar por causa de José. Después la esposa de Potifar calumnió gravemente al esclavo israelita y éste fue llevado a la cárcel (Génesis 39:2-20).

Mientras estaba en la cárcel José conoció al copero del faraón, el rey de Egipto, cuando le interpretó un sueño que tuvo (Génesis 40:9-15). Sin embargo, el copero se olvidó de José (v. 23). Dos años después, el rey tuvo dos sueños que ningún mago o sabio pudo descifrar. Entonces el copero se acordó del esclavo hebreo y le contó al Farón su experiencia. De esa manera José llegó delante del rey y escuchó los sueños que le preocupaban (Génesis 41:1-24).

Con la ayuda de Dios, José pudo decirle a faraón lo que sus sueños significaban: Dios enviaría 7 años de una prosperidad increíble y después 7 años de una escasez terrible. Además, le propuso una estrategia para salvar a los egipcios del hambre intensa que llegaría (v. 25-36).

El faraón se dio cuenta que en José estaba el espíritu de Dios y lo nombró gobernador de Egipto, le cambió el nombre (eso le otorgó una nueva identidad) y le dio una esposa (v. 38-45).

TALLER DE VIDA

1. ¿En qué ambiente familiar te criaste? ¿De rivalidad, de competencia, de amor, de perdón, de gracia…? Si estás casado, ¿qué ambiente hay en tu hogar?

2. ¿Alguno de tus padres tenía un hijo favorito? ¿Eras tú el preferido o el ignorado? ¿Cómo te afectó la elección de ellos?

3. Los hermanos de José lo odiaron aún más debido a sus sueños y a la forma en que los contaba. ¿Cómo relatas las bendiciones de Dios sobre tu vida?

4. ¿Crees que el Señor puede bendecir a tu familia y el lugar donde trabajas por tu causa? ¿Por qué?

5. Aunque faraón era politeísta, reconoció que en José estaba el espíritu de Dios. Las personas con las que te relacionas, ¿observan que el Señor está en ti?

ORACIÓN

· Para que el Señor esté con sus hijos, así como estuvo con José, y tengan éxito en todo lo que hacen.

José ahora es el segundo en el reino, después del faraón. Y como lo anunció vinieron los 7 años de prosperidad y luego comenzaron los 7 años de hambre. En todo ese tiempo José trabajó duro y Egipto era el único lugar donde había alimento. Así que de todas partes llegaban a comprar granos. Entre esos viajeros estuvieron los hermanos de José. Ellos se presentaron y se inclinaron ante el gobernador.

Entonces, con toda sinceridad Judá se ofreció a quedarse como esclavo en lugar de Benjamín, porque no soportaría ver la angustia de su padre si no volvía a casa su hijo menor (v. 30-34).

El pedido de Judá demostraba un cambio en su corazón que convenció a José. Él decidió revelar su identidad a sus hermanos:

José entendió que el Señor tuvo un propósito en todo lo que le sucedió. Él sería utilizado para salvar la vida de su padre, de sus hermanos, de sus familias y de muchas personas más.

Luego José los animó a volver con su padre y a informarle que todavía quedaban varios años de hambre. Lo invitó a venir a Egipto, junto con toda su familia, y le prometió que él los cuidaría (v. 9-11).

Al final de la reunión José besó a cada uno de sus hermanos y lloró sobre ellos (v. 15). En síntesis, aunque José fue rechazado y vendido como esclavo, él perdonó a sus hermanos sin que se lo pidiesen.

Encima, cuando sus hermanos volvían a Canaán, José veló por las relaciones entre ellos al recomendarles que no se pelearan por lo que pasó mientras viajaban (v. 24).

Después Jacob y toda su familia grande llegaron a Egipto y vivieron en la región de Gosén (Génesis 46:28-30). Al cabo de 17 años Jacob murió (Génesis 48:28) y sus hijos lo enterraron. Sin embargo, los hermanos de José tenían temor y, como ya no estaba su padre, pensaron que él se vengaría. Por eso le pidieron perdón y se ofrecieron como sus esclavos (Génesis 50:16-18).

José no se quedó ofendido ni dejó que los años de esclavitud lo amargaran. Él sabía que Dios siempre estuvo en control de lo que vivió y que el propósito divino prevaleció para salvación de su familia y de Egipto. El corazón perdonador de José estaba ocupado consolando y tranquilizando a sus hermanos.

TALLER DE VIDA

1. Como José, ¿reconoces que los tiempos difíciles en tu vida Dios los permitió con un propósito?

2. ¿Alguna vez fuiste rechazado y traicionado? ¿Perdonaste a quienes te hicieron daño, aunque no te pidieron perdón?

3. ¿Tienes la certeza de que el Señor siempre dispone todo para el bien de sus hijos, como dice Romanos 8:28? ¿Lo experimentaste? ¿De qué manera?

ORACIÓN

· Para que los cristianos no guardemos la ofensa ni dejemos que el sufrimiento nos llene de amargura.