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CÁNTICOS DE REFLEXIÓN

DÍA 5 DE 21

Salmo 18:1-50

El salmo 18 habla sobre un Dios muy activo en el cielo y sobre un hombre en la tierra, sincero y ferviente para hacer la voluntad y obra de Dios.

Comienza en forma notable con una inequívoca exclamación: «¡Te amo, oh Jehová, fortaleza mía!» Como si fuera poco, va más allá y profundiza: «Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio» Salmos 18:1-2.

Sobre tal fundamento sí se puede edificar y algo se puede llevar a cabo. Fue sobre este fundamento que David estuvo de pie en los días de tribulación, cuando las ligaduras del Seol y los lazos de muerte lo rodeaban. Entonces clamó a su Dios, y Dios lo escuchó en su templo. Esta fue la oración de un hombre justo, puro y libre de idolatría.

El resultado no se hizo esperar. Entonces la tierra fue conmovida y tembló. Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por él encendidos (Salmo 18:7-8). El salmista está describiendo la forma en que Dios respondió y Su acción excepcional: Envió desde lo alto; me tomó, me sacó… me libró… ¡Qué poder de acción y vigor! ¡Fue una victoria aplastante!

El Salmo 18 nos revela un punto de la gracia muy poco entendido. La verdadera gracia conduce a la actividad y a la acción. Lo que Dios hace a menudo es una reacción a nuestra acción y voluntad. Así es como Dios es honrado, porque es Él quién produce así el querer como el hacer.

David entendió esto, y cuando analizó la poderosa intervención de Dios y milagro dijo: «Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado» Salmos 18:20. Para David la respuesta de Dios a su oración fue un premio y una recompensa a su esfuerzo sincero. Había guardado los caminos del Señor; todos sus juicios estaban delante de él y se había guardado de su maldad (vv. 21-23).

David repite que fue la recompensa del Señor conforme a su pureza ante los ojos del Señor. «Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio». Hay una gran seriedad en lo que sigue a continuación: «Y severo serás para con el perverso» (Salmo 18:25-26). En otras palabras, uno es guiado por el mal camino desde el pensamiento, a sospechar y sacar conclusiones erróneas de nosotros, la gente y aun de Dios mismo. La limpieza del corazón es la limpieza de la mente y viceversa. No puedo tener una vida santa si no tengo un pensamiento y un corazón limpio y santo.

Para David todo esto estaba claro. ¿Cómo puedo ver mis situaciones, mis semejantes, mis hermanos, a la iglesia, incluso a Dios? La mancha oscura que vemos en nuestras situaciones a menudo refleja una mancha oscura similar en nuestro propio corazón. Esto no fue así en el corazón de David, por eso Dios pudo unirse a favor de él completamente en Su gran poder.

Él fue llevado de victoria en victoria. «En cuanto a Dios, perfecto es su camino» Salmos 18:30. En otras palabras, ninguna queja, ninguna insatisfacción se hallará en su camino.

El resto del Salmo es un testimonio ejemplar de una victoria ininterrumpida y de destrucción total del enemigo. Utiliza expresiones más fuertes: desbaratar ejércitos, asaltar muros, perseguir enemigos hasta aplastarlos… Todo lo que es llamado enemigo es destruido, y el salmo termina con una alabanza a Dios, quien había mostrado misericordia a Su ungido, a David.

Reflexionemos

Dios no ha cambiado un milímetro durante todos estos años. Así como fue con David, así es contigo y conmigo, Él no es parcial.

Lo único que importa es cómo lo tienes a Él en tu mente y corazón. ¿De qué tamaño es tu Dios en tu mente? ¿Cuán profundo tu amor por Él en tu corazón?

Todo comenzó con: «Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.» Salmo 18:1. Si esto es verdadero en ti, con total seguridad y sin importar qué, permanecerás santo y limpio para Él y Dios moverá cielo y tierra por tu causa.

Escrituras

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Acerca de este Plan

CÁNTICOS DE REFLEXIÓN

¿A quién no le gusta entonar una canción? Ya sea, en el auto, la ducha, mientras realizas tus quehaceres y demás, la música es parte de nuestro diario vivir. Sin embargo, hay una gran diferencia entre entonar alabanzas y reflexionar en ellas. El salmista David sí que entonó alabanzas a todas horas y en toda circunstancia. La pastora Glenda Liz Amador nos invita a reflexionar en veintiuno de sus Salmos; cánticos de reflexión plasmados en las Sagradas Escrituras.

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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.iglesiatde.today/