CÁNTICOS DE REFLEXIÓNMuestra
Salmo 46:1-11
A la mayoría de los seres humanos les gusta tener el control. Es algo que debemos admitir. Sin embargo, hay ciertas cosas que sencillamente no podemos controlar por más que lo intentemos. No podemos controlar el clima. No podemos controlar lo que hacen o dicen los demás. No podemos controlar las cosas malas que a veces suceden a gente "buena". Y bien aprendimos muy recientemente, que no podemos controlar las pandemias virales. Cuando caemos en la cuenta de que no podemos controlar cada situación, en ocasiones comenzamos a experimentar temor. Un diccionario del griego define el «temor» de esta manera: «un estado de severa aflicción, provocado por una inquietud intensa respecto a un dolor o peligro inminentes» (LN). El temor incluso puede atacarnos al pensar en cosas malas, aunque no hayan sucedido ni lleguen a pasar jamás.
El salmista afirma que no temeremos «aunque» el mundo se caiga a pedazos. ¡Wow, qué seguridad! Imagina, terremotos, maremotos, inundaciones y desastres naturales catastróficos; o sea, cosas que no podemos controlar. Cuando estas cosas sucedan, y podemos estar seguros de que sucederán en este mundo caído, el salmista dice: "No temeremos ". No tenemos por qué temer o entrar en un estado de angustia severa. Porque Dios está en medio y no se conmoverá; Dios ayudará al clarear la mañana.
En otras palabras, cuando la vida se viene abajo y parece que todo se desmorona, ¡no tenemos que ceder al pánico! Solo hay que mirar hacia arriba. Cuando todos los sistemas parezcan conmoverse, solo hay que mirar al inconmovible.
Nuestro Dios, es quién nos defiende. Él es nuestro lugar de refugio y nuestra fuente de fortaleza.
Martín Lutero, líder de la Reforma protestante, escribió un himno a principios del siglo XVI, basado en estos versículos del Salmo 46: «Castillo fuerte es nuestro Dios» y su letra es la siguiente:
Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo;
Con Su poder nos librará, en este trance agudo.
Con furia y con afán, acósanos, Satán.
Por armas deja ver astucia y gran poder; cual él no hay en la tierra.
Luchar aquí sin el Señor, cuán vano hubiera sido.
Mas por nosotros pugnará de Dios el Escogido.
¿Sabéis quién es? Jesús, el que venció en la cruz;
Señor de Sabaoth, Omnipotente Dios, Él triunfa en la batalla.
Aun cuando estén demonios mil prontos a devorarnos,
no temeremos, porque Dios vendrá a defendernos.
Que muestre su vigor Satán, y su furor; dañarnos no podrá,
pues condenado está por la Palabra Santa.
Sin destruir la dejará, aunque mal de su grado:
es la Palabra del Señor que lucha a nuestro lado.
Que lleven con furor los bienes, vida, honor, los hijos, la mujer,
todo ha de perecer; de Dios el reino queda.
Reflexionemos
Cuando parece que el mundo se cae a pedazos como puede estar ocurriendo ahora ahí donde te encuentres en este momento, la poderosa presencia de Dios permanece como una "roca inconmovible". Él es tu castillo, tu refugio fuerte. Él es quien te ayudará a atravesar las dificultades.
"Contra todos los intentos sobre tu cuerpo, estado, alma, fama, tentaciones, tribulaciones, maquinaciones, difamaciones, repite este Salmo".
Escrituras
Acerca de este Plan
¿A quién no le gusta entonar una canción? Ya sea, en el auto, la ducha, mientras realizas tus quehaceres y demás, la música es parte de nuestro diario vivir. Sin embargo, hay una gran diferencia entre entonar alabanzas y reflexionar en ellas. El salmista David sí que entonó alabanzas a todas horas y en toda circunstancia. La pastora Glenda Liz Amador nos invita a reflexionar en veintiuno de sus Salmos; cánticos de reflexión plasmados en las Sagradas Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.iglesiatde.today/