CÁNTICOS DE REFLEXIÓNMuestra

Salmo 103:1-22

El salmista comienza con una estrategia de animarse a sí mismo y trae memoria el porqué adorar a Dios. Él comenzaba adorando a Dios por toda la generosidad que Dios le demostraba. La alabanza a Dios comienza con uno mismo. Cuando el salmista se exhorta a sí mismo a alabar al Señor con su alma y todo su ser, no tiene nada más en su pensamiento que el acto de dar gracias. Dios había hecho muchas cosas en su vida de la misma manera que ha hecho con la nuestra. Debemos adorarle y no olvidar de lo que Él ha hecho por nosotros.

No olvidarnos de ninguno de Sus beneficios (v. 2) es un paso crucial para bendecir al Señor, y el cuerpo del Salmo enumera estos beneficios para llevar a cada persona a una gratitud de admiración. Dios ha perdonado nuestros pecados, sanado nuestras dolencias, (v.3) favorecido, rescatado y demostrado misericordia (v.4), suplido, rejuvenecido (v.5), y más. Es muy fácil olvidar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, pero el salmista nos anima a recordar y no olvidar. Hay mucho por lo cual estar agradecidos y adorarle.

Reflexionemos

¿Por qué crees que la ingratitud puede llegar a nuestras vidas? Simplemente, el olvidar lo que Dios hace en nuestras vidas puede llegar a causar ingratitud.

Toma un tiempo de reflexión este día que Dios ha hecho por ti; y medita en aquello que estás agradecido. Seguramente recordarás muchas cosas por las que puedas dar gracias.