Los Proverbios: Busca La Sabiduría - Parte 2Muestra
BUSCA LA SABIDURÍA Y EN TI NO HABRÁ ENVIDIA
Alguna vez te has hecho la pregunta, ¿por qué hay tantas personas que no conocen a Dios y tienen tanto éxito y yo que intento hacer lo recto delante de Dios no obtengo los mismos resultados? La envidia y los celos son temas muy tratados en la Biblia, porque son actitudes con las que cualquier ser humano puede llegar a luchar muy posiblemente. Lo vemos aún con los niños desde pequeños cuando a un niño se le da más atención que a otro, cuando uno recibe más regalos que otro, cuando un niño quiere el juguete con el que juega otro, etc. Podemos considerar que la razón de que esto ocurra es la inmadurez de los niños, pero muy a menudo como adultos y aún como cristianos podemos experimentar estos sentimientos también.
Tenemos por ejemplo a Saúl. Ya hemos hablado sobre él en repetidas ocasiones así que sabemos que fue un hombre escogido por Dios pero que cometió muchas equivocaciones. Dios le había entregado grandes victorias, pero cuando David aparece en la imagen y empieza a tener victorias mayores a las de él se despertaron su envidia y celos. No se concentró en el hecho de que ambos habían recibido grandes victorias gracias a Dios, si no en la diferencia de tamaño de esas victorias. Como este hay muchos otros ejemplos de envidias como Caín y Abel, los hermanos de José, Raquel y Lea, etc.
Es evidente que hay muchas personas en el mundo que no conocen a Dios y de igual manera viven en prosperidad y en éxito en las distintas áreas de su vida, pero Proverbios nos habla específicamente de la envidia y los celos que pueden crecer a raíz de eso. Los versículos 17 y 18 del capítulo 23 nos alertan sobre no permitir que la envidia entre en nuestro corazón, si no que continuemos viviendo rectamente delante de Dios. ¿Por qué? Porque cuando Jesús vuelva, recibiremos nuestra recompensa en los cielos. En el Salmo 73, Asaf relata cómo casi cae en su caminar por permitir la envidia en su corazón, por fijarse en los logros de los necios y aún llegar a dudar si mantenerse recto servía de algo. Sus dudas se disiparon cuando comprendió que por más que los impíos tuvieran riquezas y gloria, si no se rendían al Señor no verían su recompensa en los cielos. Entendió que el hecho de que Dios estuviera con él para cuidarlo y guiarlo y tener una esperanza de vida aún después del fin de los tiempos, valía mucho más que lo que en este mundo pudiera obtener.
Seamos sabios y no necios, no permitamos que la envidia entre en nuestros corazones por ver a otros avanzar fuera de los caminos de Dios o por ver a otros hermanos en la fe recibiendo lo que nosotros quisiéramos recibir. Alegremos por el éxito y las bendiciones de otros. Entendamos que Dios es el que traza nuestro camino, nos lleva a dónde debemos estar y nos da lo que debemos recibir. Tenemos una esperanza que no tiene fin y es que el Creador del universo está con nosotros en todo momento y volverá por Sus hijos para llevarnos a la mayor bendición de todas: la vida eterna con Él.
Escrituras
Acerca de este Plan
Proverbios dice que la sabiduría ¨es un árbol de vida a los que de ella echan mano¨. Puede que ya hayas leído Proverbios igual que yo, pero nunca me detuve a intentar entender qué era lo que significaban sus dichos. Espero que esta segunda parte revele nuevas cosas a tu vida. Si no has leído la primera parte, te invito a empezar por ahí y después volver a esta.
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Nos gustaría agradecer a Alejandra Aguilera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/a_aguilera_l/