BUSCA LA SABIDURÍA EN EL ARREPENTIMIENTO

El rey David es descrito en general en la Palabra como un hombre recto y conforme al corazón de Dios. Eso no quiere decir que haya sido completamente perfecto y uno de sus errores más grandes está registrado en la Biblia. David como rey estaba en una temporada en la que tenía que salir a la guerra junto con su ejército. Sin embargo, en esa ocasión decidió quedarse en el palacio en Jerusalén. Una tarde David sale a la azotea y a lo lejos ve a una mujer bañándose. Al verla decidió enviar a alguien a investigar quién era esta mujer y le informaron que era la mujer de un hombre llamado Urías que además pertenecía a su mismo ejército. Trajeron a la mujer al palacio y David se acostó con ella y después regresó a su casa. Acostarse con la mujer de otro hombre ya era un problema, pero se hizo más profundo cuando aquella mujer le envió comunicar que había quedado embarazada. Lo correcto hubiera sido que David admitiera su error delante de Dios e hiciera conforme a lo que Él le mandara hacer, pero no fue así. Intentó en distintas ocasiones provocar que Urías volviera a su casa con su esposa para que él pudiera asumir que el bebé le pertenecía, pero David nunca logró convencerlo entonces decidió mandarlo matar. Al morir, David tomó a la viuda como su esposa y así encubrió el error que había cometido. Pero David conocía a Dios y por más que pudiera planear todo perfectamente para encubrir su pecado, no podía esconderlo de Dios y Él estaba disgustado con lo que había pasado. Dios decidió entonces enviar al profeta Natán para hablar con él y es donde leemos el fragmento de 2 de Samuel que leímos hoy. Aunque Dios lo perdonó como el Dios de amor que es, David tuvo que vivir las consecuencias de su pecado y su hijo murió. El problema de David no fue solamente el pecado que cometió, si no que hizo todo lo posible por encubrirlo cometiendo más errores en el camino.

En la primera parte del devocional hablamos sobre mantenernos alejados de aquello que nos va a hacer caer y pecar, pero ¿qué pasa cuando ya hemos cometido el error? Proverbios nos dice que la persona que encubre su pecado no puede prosperar. ¿A qué se refiere con esto? A que no podemos recibir algo que no pedimos. Jesús murió por nosotros en la cruz para entregarnos el perdón de nuestros pecados, pero si en vez de ir a Él con un corazón arrepentido a pedirle que haga válido ese pago en nuestra vida, nos escondemos, nunca experimentaremos el perdón de Dios. Aunque intentemos arreglar nuestro error tapándolo para que parezca que nada pasó, tenemos un Dios que sigue viendo lo que está debajo de esa cubierta. Si por temor o vergüenza decidimos no ir delante de Dios para arrepentirnos de todo corazón, solo iremos cargando con ese pecado y todos los demás que vengan por no habernos arrepentido cuando debíamos. El pecado también nos aleja de la presencia de Dios, entonces no podremos avanzar en nuestra vida espiritual mientras no pidamos perdón. Además, este proverbio nos dice que no se trata solamente de arrepentirnos y recibir el perdón, si no de alejarnos del pecado y vivir una vida de santidad. David cometió un error grave que al principio no quiso exponer, pero cuando fue confrontado por Dios, se arrepintió de una manera genuina y podemos ver su arrepentimiento en el Salmo 51 escrito por él.

Jesús nos ama y entregó todo en sacrificio para darnos la oportunidad de recibir perdón y ser limpiados de nuestro pecado. Hagamos válido eso que el Señor hizo por nosotros, pero también honremos ese sacrificio manteniéndonos alejados del pecado.