BUSCA LA SABIDURÍA PARA REFLEJAR SU AMOR

Cuando empezamos a conocer y pasar tiempo con una persona, vamos conociendo sus gestos, sus actitudes, su forma de hablar, de moverse, etc. Con el tiempo, nos damos cuenta de que poco a poco hemos ido adoptando cualidades de esa persona. Muchas veces la cercanía hace que aún lleguemos a adoptar sus gustos, sus pasiones y aficiones. Eso es lo que causa la cercanía en los seres humanos, tendemos a imitarnos (sin querer) unos a otros, sobre todo cuando hay una buena relación de por medio. Pasa algo parecido con los niños. Crecen estando la gran mayoría del tiempo con sus padres y adoptan sus actitudes y gestos.

A lo largo de nuestra vida cristiana y tal vez aún sin ser cristianos, escuchamos múltiples ocasiones la frase ¨Dios es amor¨ que además encontramos en la porción de 1 de Juan. ¿Qué significa esto según lo que podemos leer en estos versículos? Que Dios es el originario del amor y el amor es un atributo de Su naturaleza. Cada cosa que Dios es, que Dios hace, que Dios habla y todo lo que surge de Él, refleja que Él es amor y por lo tanto nos ama a nosotros. Cuando nosotros pasamos tiempo con Dios y entre más lo hacemos, vamos adoptando ese amor en nosotros. Esto es precisamente lo que habla 1 Juan 4. Entendemos el amor de Dios y la obra tan grande que Jesús hizo por nosotros y eso nos lleva a amarlo a Él y a otras personas, pero también nos llenamos de ese amor y sale de nosotros con la misma naturalidad que aquellas cosas que hemos aprendido y adoptado de otras personas. Por eso es tan difícil conocer el verdadero amor y amar a otros cuando no conocemos a Dios, porque el autor del amor no vive en nosotros. Entonces este capítulo nos explica que amar a Dios y a otros no solo es un deber como hijos de Dios, si no que es algo que se manifiesta en nosotros cuando permanecemos en Él.

El versículo de Proverbios 29 nos dice que el justo se interesa por la necesidad del pobre mientras el necio no logra entenderlo. En esto podemos entender como pobre no solamente a la persona falta de dinero si no a cualquier persona con necesidad de cualquier cosa, aún espiritual. Dios nos habla a través de Su palabra sobre la importancia de amar y tener misericordia de los necesitados, sea en el área que sea. Si pasamos tiempo con Dios y lo conocemos y somos llenos de quién es Él, esa preocupación, ese interés, esa misericordia va a brotar de nosotros porque todo eso está basado en el amor. Pero de la misma forma que con amar a otros, el ayudar a los necesitados también es nuestro deber como hijos de Dios. Cada persona tiene posibilidades diferentes de ayudar a otras personas, pero sea de forma grande o chica, sea de manera económica, emocional o espiritual, todos somos llamados a interesarnos por la causa del pobre y atender a ella por amor a Dios y a las personas. ¿Por qué el necio no puede entender esto o es indiferente? Porque nadie puede dar o reflejar algo que no tiene. El necio no entiende el amor de Dios, no pasa tiempo con Dios para ser lleno, tiende a ser egoísta y busca solamente lo suyo.

Quiero que hoy te hagas esta pregunta importante. En base a lo que hemos leído y entendido hoy, ¿has sido sabio en interesarte por la necesidad de otros o has sido indiferente? Nunca es tarde para empezar. Pídele a Dios que te llene de un amor que no te deje ser indiferente a las dificultades que viven otras personas y que te ayude a reflejar Su amor a todos los que te rodean.