La Pureza Sexual En El Reino

La pureza sexual es el tema de este día. El Señor Jesús hace mención de lo que Dios espera de todo ciudadano del Reino, es más importante lo que sucede en el corazón que lo que se ve en el exterior, ya que en el corazón se engendra el pecado. 

Jesucristo hace énfasis como ya vimos, que aunque no cometas el pecado externamente, puedes cometerlo en el corazón. Es la relación entre los ojos y el corazón la que lleva a Jesús, a dar instrucciones muy prácticas sobre cómo conservar la pureza sexual. 

El argumento es éste: si el adulterio del corazón es el resultado del adulterio de los ojos, entonces la única forma de tratar el problema es en su origen, es decir, en nuestros ojos (forma de mirar). Job declaró que había aprendido esto en Job.31:1, 7-11. Pero Job no había hecho estas cosas. El control de su corazón se debía al control de sus ojos.

La enseñanza de Jesús en el Sermón se refiere al sexo ilegítimo fuera del matrimonio, practicado por personas solteras o casadas. Ni siquiera está prohibiendo mirar a una mujer, sino mirarla con codicia. Todos sabemos la diferencia entre mirar y codiciar. Al codiciar ya hemos Fornicado o Adulterado. Aclaramos que se aplica tanto para Hombres como Mujeres.

Si tu ojo te es ocasión de caer porque la tentación llega a ti por medio de tus ojos (los objetos que ves), entonces, sácate los ojos. Es decir, ¡no mires! Compórtate como si realmente estuvieras ciego. Además, si tu mano o pie te son ocasión de caer, porque la tentación te llega por medio de tus manos (cosas que haces) o de tus pies (lugares que visitas), entonces, córtalos. Es decir, ¡no lo hagas! ¡No vayas! Compórtate como si te hubieras realmente cortado las manos y los pies.

Es mejor privarnos de algunas experiencias para vivir pleno en el Reino; es mejor aceptar alguna amputación cultural en este mundo que arriesgarnos a la destrucción final en el venidero. Sin duda, esta enseñanza es opuesta a las normas modernas de tolerancia. Se basa en el principio de que la eternidad es más importante que el tiempo, y la pureza más valiosa que la cultura, y que cualquier esfuerzo vale la pena mientras estemos en esta vida, si resulta necesario para asegurar nuestra entrada a la vida venidera. Tenemos que decidir, sencillamente, vivir para este mundo o para el venidero, seguir a la multitud o a Jesucristo.

Jesús cita la ley del Antiguo Testamento sobre el adulterio en Éx.20:14, pero muestra que los requisitos de Dios van más allá del propio acto en sí, y que incluye cualquier pensamiento o intención de lujuria. Según el estándar de Mateo 5:28, ¿has cometido adulterio?

En Mt.5:29–30 Jesús habla sobre la severidad del pecado. Enfatiza que deberíamos hacer grandes esfuerzos para evitarlo. ¿Cuáles son las consecuencias de no hacerlo?

¿Te tomas el pecado tan en serio como lo hace Jesús? ¿Solo los hombres están incluidos en esta lucha?

¿Incluirá esto mirar pornografía? ¿Mirar una escena de alguna película o serie?

¿A qué se refiere con sacar el ojo o cortar una mano o pie? ¿Será literal?

Los ciudadanos del Reino destacan por ser diferentes, pero diferentes no en el exterior sino en el interior. Solo tú y Dios saben qué sucede en tu corazón, pero a diario debemos de meditar que pasa allí y tomar acciones.

¿Qué debiésemos amputar de nuestra vida para ser dignos ciudadanos del Reino de los cielos? La pureza sexual nos destaca, es la demanda del Reino. ¿Podemos vivir en esa pureza o es solo un ideal inalcanzable? Vivamos cuidando nuestros ojos para vivir con la pureza sexual característica del Reino.