Eligiendo la gratitudMuestra

Día 7: Por los que enseñan

Lo que es el profesor, es más importante que lo que enseña.

—Karl A. Menninger

Un profesor afecta la eternidad; nunca sabe dónde termina su influencia.

—Henry Adams

Este es un día para dar gracias por los que enseñan. TODOS los maestros, sin duda. Te quiero. Y no estoy seguro de cómo consigues tu día libre. Realmente está muy fuera de mis habilidades. Solo voy a dejar de lado tu capa ahora y dejarte volar. ¡Te quiero!

Pero también son maestros aquellos que tanto nos han enseñado y quizás no tengan el título. Los que operan bajo algún otro nombre: entrenador, papá, mentor, pastor, vecino, mamá, gerente, hermana, amigo, consejero... ya lo entiendes. Nos enseñan con solo estar cerca de ellos e identificamos características que queremos adoptar. Vemos que tienen soluciones creativas para manejar niños rebeldes, emociones rebeldes y situaciones rebeldes.

Ayer, mientras hacía malabarismos con las tostadas, el yogur y la granola en el ajetreado desayuno con mi familia, escucho: "Aquí, Olive. Puedo mostrarte cómo. Tienes que hacer el bucle así. ¿Puedo enseñártelo?"

El hermano mayor se dejó caer junto a la hermana del medio (que a menudo, según he oído, es MUY molesta), y se ofreció para enseñarle a atarse los zapatos. Creo que me derretí dejando caer el envase de yogur. Fue así de inusual y así de dulce. No va a dejar que su propia madre la ayude con eso, pero ¿su hermano mayor? Absolutamente. Ella quiere aprender todo de él. Me quedé agradecida y emocionada.

¿Y no estamos agradecidos? Por aquellos que ofrecen ayuda en nuestra frustración. Por quienes con solo SER están enseñando. Por aquellos que adoramos. Por el amigo que dijo algo que cambió tu actitud. Y por el papá que te animaba cuando las cosas estaban mal. Por el pastor que te dijo que salieras a caminar un poco y fue el mejor consejo. Por la hermana que te demuestra que el humor es una herramienta fantástica para la vida. Por el marido cuya amabilidad y paciencia lo dicen todo.

Apuesto a que estás pensando en las personas que te han enseñado hermosas verdades. Aprendimos a través de su explicaciones, tanto de sus ideas como de sus propias vidas. Agradezcamos, tomemos un lápiz y escribamos 3 nombres. Y luego, al lado de sus nombres, lo que te enseñaron. Hazlo simple. Nada largo ni complicado. ¡Veamos cómo sube el termómetro del agradecimiento!

Dios, gracias por los maestros. Los profesores de inglés de secundaria y los entrenadores de basketball y por las hermanas que dijeron más con sus vidas que con sus bocas. Por quienes nos dieron advertencias, instrucciones, alivio y esperanza. Gracias por prepararnos para ser enseñados y ayúdanos a continuar estándolo. Ayúdanos a aprender, a ser abiertos, a ser humildes. A no ser sabelotodos, sino a aprenderlo todo. Gracias por ser el mayor Maestro de gracia y verdad a lo largo del tiempo.