Conoce tu nuevo yoMuestra

FASE 5: UNA NUEVA VISION VIBRANTE

Sigue adelante

No soy corredor. Solo de pensar en golpear el suelo en un movimiento de carrera por más de 50 pies me hace temblar. Una vida de lesiones de rodilla y problemas de espalda me impide practicar cualquier deporte de impacto.

Sin embargo en mi mente, puedo verme corriendo por la vida como Eric Liddell y sus compañeros en Carrozas de fuego. La música los impulsa a moverse mientras sus pies golpean la arena, levantando polvo e inspirándome a levantarme de mi silla e intentar imitarlos. Ah, ¡qué estimulante debe ser mover tu cuerpo con tanta pasión y fuerza!

Con ese torrente de adrenalina agarrado indirectamente, me pregunto si podemos cambiar el tema de considerar nuestra proeza atlética (o falta de ella) a considerar el viaje de fe todavía por delante de nosotros. ¿Y si corriéramos esta carrera espiritual con el mismo nivel de celo? ¿Qué tal si persiguiéramos las cosas de Cristo con tal pasión? ¿Y si siguiéramos adelante a la línea de meta de nuestra vida con un compromiso de construir nuestra fe de la misma manera que un atleta tiene que fortalecer su cuerpo? ¿Qué tipo de condicionamiento necesitamos soportar? ¿Qué tipo de cuidado necesitamos dar a nuestras almas? ¿Qué alimento espiritual necesitamos dar a nuestros cuerpos?

Es hora, amigo mío, de que sigamos adelante hacia la línea de meta con una pasión renovada y propósito enfocado. Dios nos ha dado una carrera para correr. Corramos la carrera bien y por el bien de la próxima generación y Su gloria.

Atrapa y transforma

1. ¿Cómo haces para acondicionar tu mente, cuerpo y alma para este viaje de fe?

2. Cuando llegues a la línea de meta, ¿qué quieres que Dios te diga?

3. Cuando tu carrera termine, ¿qué quieres que los demás digan sobre la forma en que corriste?