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Aceptar Su gracia extendida

Gracia. Como escuchamos esto con frecuencia, puede correr el riesgo de sonar común y perder su significado. Extender gracia: dar gracia. Mostrar gracia. Ser la encarnación de la gracia. Pero realmente, ¿qué sabemos de la gracia?

Gracia es el inmerecido favor de Dios, otorgado gratuitamente.

Piensa por un momento.

Dios nos otorga gracia gratuitamente. Pero, ¿qué significa gratuitamente? ¿No le costó nada a Dios perder a Su hijo en la cruz por nosotros? Veamoslo así, es gratuita porque nosotros, los que recibimos la gracia de Dios, no tuvimos que pagar por ella. Es por eso que se describe como el favor inmerecido de Dios. Puede que no la merezcamos o no la hayamos ganado. Pero Dios decide derramarla sobre nosotros. Si Dios puede hacer eso por nosotros, ¿por qué nos resistimos a recibirla en nuestra vida y somos tan tacaños para otorgarla a otros?. Como le digo a mi hija, a quien se le dificulta como a mí, extender gracia a los que la han ofendido: "Se más amable y benévola". ¿No es así como Dios nos trata a nosotros?

Amigo, si me permites llamarte así, te invito a imaginar la gracia más amable y benévola extendida sobre ti. No estás cerca tuyo, sino sobre ti. No está fuera de tu alcance, sino que derramándose en cada rincón de tu vida.

No importa quién seas, dónde estés o tus circunstancias, Dios está extendiendo Su gracia.

No hay situación que Su gracia no pueda penetrar. No hay relación que Su gracia no pueda tocar. No hay circunstancia que Su gracia no pueda redimir.

Su gracia es para ti, especial, nueva cada mañana, en este viaje de transformación auténtica de vida.

Atrapa y transforma

1. Pídele a Dios que abra tus ojos espirituales para poder ver cómo extiende Su gracia sobre tu vida.
2. Cuando veas esa gracia, haz una pausa, alaba a Dios y recíbela en su totalidad.
3. ¿Cómo puedes ser una vasija para que la gracia de Dios se extienda en la vida de otros hoy?