Conoce tu nuevo yoEjemplo

Desde el corazón

Trabajo. Trabajo. Trabajo. Algunos lo amamos. Otros lo odiamos. Quizás seríamos felices de hacerlo, solo si no sintiéramos que tenemos la obligación. Mi hija, la mediana, por ejemplo. Se le dio la oportunidad de dirigir el programa de la escuela dominical, bajo mi supervisión, para los niños de la escuela cuando sólo tenía 12 años. Cómo prosperó con esa responsabilidad, a pesar de que no le pagaban ni un céntimo. Nunca se quejaba y prestaba atención a todos los detalles.

Comparó ese trabajo con su siguiente empleo en una cafetería en la que ganaba un buen sueldo lavando platos y fregando los pisos para un maravilloso empleador. Digamos que ese trabajo no era tan glamoroso, aunque el ambiente y sus compañeros eran fabulosos. Para ella, el trabajo de lavaplatos requería un esfuerzo más intencional en hacer el trabajo para el Señor, no porque no estuviera "enfocado al ministerio" sino que no tenía las recompensas que experimentaba enseñando en la escuela dominical. Esas pequeñas almas la amaban hasta la luna y de vuelta, mientras que los platos nunca se levantaron para agradecerle.

Déjame preguntarte: ¿trabajas por una recompensa terrenal o celestial? ¿Anhelas algún tipo de reconocimiento por parte del hombre o de Dios? ¿Prefieres buscar un trabajo que satisfaga tu alma y no tu cuenta bancaria?

Independientemente de lo que llames "trabajo", el Señor quiere que lo abraces con todo tu corazón. Así que, ¿cómo puedes afrontar tus responsabilidades desde la perspectiva de trabajar sólo para el Señor?

Atrapa y transforma

1. ¿Cuál es el trabajo que Dios tiene para ti hoy?

2. ¿Qué siginifica para ti trabajar con todo tu corazón?

3. ¿En qué forma has estado trabajando por alabanza o reconocimiento o por el poderoso dólar en lugar de hacerlo por el Señor, y cómo puedes cambiar eso?