Dulce y humilde: un devocional de 14 díasMuestra
Considera la riqueza de Dios en su misericordia para tu vida. Él es el Dios resucitado. Él no te encuentra a medio camino. No es porque resucitar pecadores esté en Su lista de deberes. Su naturaleza divina está en enfrentar la muerte y traer vida, y esto es una verdad para ti también. Él lo hizo decididamente de una vez y para siempre en el momento de tu conversión, pero continúa haciéndolo constantemente en tu pecado y locura.
Tal vez, viendo la evidencia de tu vida, no sepas qué concluir, excepto que esta misericordia de Dios en Cristo te ha sobrepasado. Tal vez has sido profundamente maltratado. Incomprendido. Traicionado por esa persona en la cual deberías ser capaz de confiar. Abandonado. Se han aprovechado de ti. Tal vez cargas un dolor que nunca sanará hasta que mueras. Si mi vida es una evidencia de la misericordia de Dios en Cristo, tal vez pienses, no estoy impresionado.
A ti te digo, la evidencia de la misericordia de Cristo hacia ti no es tu vida. La evidencia de Su misericordia hacia ti es que Él fue maltratado, incomprendido, traicionado, abandonado eternamente, en tu lugar.
Si Dios envió a Su Único Hijo a caminar en medio del valle de la condenación, del rechazo y del infierno, puedes confiar en Él mientras cruzas tus propios valles, en tu camino hacia el cielo.
Tal vez te cuesta trabajo recibir la enriquecida misericordia de Dios en Cristo, no por lo que otros te hayan hecho, pero sí a causa de lo que has hecho para sabotear tu propia vida, a lo mejor por una gran decisión imprudente o por diez mil pequeñas. Has derrochado su misericordia y lo sabes.
A ti te digo, ¿sabes qué hace Jesús con aquellos que derrochan Su misericordia? Él derrama aún más misericordia. Dios es rico en misericordia. Eso es todo.
Ya sea que hayan pecado contra nosotros o que nosotros mismos hayamos pecado miserablemente, la Biblia dice que Dios no es avaro con la misericordia, sino generoso, no es moderado, sino más bien abundante, no es pobre, sino rico.
El que Dios sea rico en misericordia significa que tus regiones de más profunda vergüenza y remordimiento no son hoteles por donde pasa la divina misericordia, pero sí hogares en donde permanece.
Significa que las cosas que más te avergüenzan de ti hacen que Dios te abrace más fuerte.
Significa que Su misericordia no es calculada ni cautelosa, como la nuestra. Es sin restricciones, inundadora, limpiadora y magnánima.
Significa que nuestra atormentadora vergüenza no es un problema para Él, sino la cosa con la que más ama trabajar.
Significa que nuestros pecados no hacen que su amor se resienta. Nuestros pecados hacen que su amor crezca aún más.
Significa que el día que lleguemos a su presencia, tranquilos, sin apuros, lloraremos, aliviados, impactados de la empobrecida imagen que teníamos de su rico y misericordioso corazón.
Conoce más sobre Suave y humilde: El Corazón de Cristo para pecadores y enfermos. por Dane C. Ortlund.
Escritura
Acerca de este Plan
Explora el corazón de Cristo por los pecadores y por aquellos que sufren, con una breve lectura diaria de las Escrituras y una meditación que refleja un aspecto particular del corazón de Dios y de Cristo. Comprende no solamente lo que Jesús hizo por ti, también lo que piensa de ti. De esta manera podrás ser cambiado de una manera profunda y duradera.
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