Dulce y humilde: un devocional de 14 díasMuestra

¿Qué significa que Cristo sea amigo de los pecadores? Al menos significa que disfruta pasar tiempo con ellos. También significa que ellos se sienten cómodos y bienvenidos alrededor de Él. En el conmovedor pasaje del Evangelio de Lucas descubrimos que, como dice en Lucas 15: “recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo”. 

Los mismos dos grupos de personas de quienes Jesús es acusado de hacerse amigo en Mateo 11 son aquellos que no pueden mantenerse alejados de Él en Lucas 15. Están a gusto a Su alrededor. Sienten algo diferente acerca de Él. Otros lo mantienen a distancia, pero Jesús ofrece la seductora intriga de una nueva esperanza. Lo que realmente está haciendo, en el fondo, es poniéndolos en Su corazón.

Esta es la promesa del Evangelio y el mensaje en toda la Biblia: En Jesucristo, se nos ha dado un amigo que siempre disfruta de nuestra presencia en vez de rechazarnos. Este es un compañero cuyo acogimiento no se fortalece o debilita según qué tan limpios o sucios estemos, qué tan atractivos o repugnantes seamos, cuán fieles o inestable estemos presencialmente. Lo amistoso de su corazón por nosotros es tan subjetivamente permanente y estable como la declaración objetiva de su justificación por nosotros.

¿No admitiremos la mayoría de nosotros que incluso con nuestros mejores amigos no nos sentimos cómodos divulgando todo sobre nuestras vidas? Nos agradan, incluso los amamos, vamos de vacaciones con ellos, los elogiamos delante de otros—pero a niveles profundos del corazón, realmente no les confiamos nuestro interior a ellos.

¿Qué tal si tienes un amigo en la mira de tu círculo de amistades, que nunca te mirara mal con lo que sea que le cuentes, así sea lo peor de ti? Todas las amistades humanas tienen un límite de lo que pueden resistir. Pero ¿qué tal si hubiese un amigo que no tenga límites?

Sería una crueldad sugerir que las amistades humanas son irrelevantes una vez se ha hecho amistad con Cristo. Dios nos creó para la comunidad, para la unión de corazón con otras personas. Todo el mundo se siente solo, incluso los introvertidos. 

Pero el corazón de Cristo para nosotros significa que Él será siempre nuestro infalible amigo, sin importar qué amigos disfrutamos o no en la tierra. Él nos ofrece una amistad que llega hasta el dolor de nuestra soledad. 

Mientras ese dolor no se va, su herida es hecha más soportable por la aún más profunda amistad de Jesús. Él camina con nosotros a través de todas las circunstancias. Él conoce el dolor de haber sido traicionado por un amigo, pero Él jamás nos traicionará. Él ni siquiera nos recibirá con frialdad. 

Ese no es Él. Ese no es Su corazón.