Una vida de intimidad con DiosSample
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El secreto está en la honra
David quedó desconcertado al observar que el arca que mató a un líder (1º Crónicas 13:10) bendijo a otro, 1º Crónicas 13:14. El rey aprendería la lección más importante de su vida: la presencia de Dios y Su bendición es proporcional a la honra que se le ofrece.
El arca de Dios estuvo en casa de Abinadab y de Obed-edom, pero solo una fue bendecida. Y la clave estuvo en la honra. David observó que a los que eran respetuosos con Dios les iba bien, y a los irreverentes les iba mal.
La forma en la que tratas a Dios determina cuánto recibirás de Él. Quienes honran al Señor serán honrados por él: “Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”, 1º Samuel 2:30.
La honra es el vehículo que te ‘trae’ a Dios y su bendición. Un claro ejemplo es el de Jesús en Nazaret: “No pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos...”, Marcos 6:5. La expresión “no pudo” indica que fue frenado. ¿Qué lo estorbó para que no pudiera hacer milagros? La falta de honra. Jesús mismo dijo: “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”, Marcos 6:4. Jesús no fue tratado con respeto y consideración sino, como un conciudadano más, por tanto recibieron una bendición muy pequeña.
En cambio, el centurión mencionado en Mateo 8:5-13 honró a Jesús y reconoció su autoridad espiritual por encima de la que él poseía. Trató a Jesús con el debido respeto. Como consecuencia, su criado fue sanado milagrosamente. Si tú honras a Dios:
1. Tendrás su presencia. “El SEÑOR estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero si lo abandonan, él los abandonará”, 2º Crónicas 15:2 (NVI).
2. Tendrás su bendición. “Obedécelo (a Dios)... Él siempre responderá tus peticiones...”, 1º Crónicas 28:9 (TLA).
3. Tendrás su protección y lograrás su promoción. Considera a los amigos de Daniel. El rey Nabucodonosor ordenó que fueran arrojados al horno ardiente pero Dios los protegió, Daniel 3:15-23. “No hay otro dios que pueda hacer lo que el Dios de estos jóvenes ha hecho... Además, Nabucodonosor les dio a los tres jóvenes puestos aún más importantes en el gobierno de Babilonia”, Daniel 3:29-30 (TLA).
En conclusión, el respeto y la honra que le brindas a Dios es la clave para recibir las respuestas del cielo.
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Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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