Una vida de intimidad con DiosSample

Todo a cambio de nada
“...Jesús le dijo: ‘Sígueme’. Mateo se levantó, dejó todo lo que tenía, y le siguió. Ese mismo día, Mateo ofreció en su casa una gran fiesta en honor de Jesús...”, Lucas 5:27-29 (TLA).
Dios no acostumbra dar los pormenores acerca del llamado. Su interés principal es que sus discípulos permanezcan muy cerca de Él a fin de recibir instrucción diariamente. Por lo tanto, ten presente que no habrá detalles de tus próximos pasos en la vida y en el ministerio, a menos que obedezcas el último mandato que te dio.
En todos los años que llevamos en el ministerio hemos cometido muchos errores. Uno de ellos fue prometer cargos, beneficios y hasta una cierta remuneración económica a cambio de un compromiso con la obra del Señor. Todas las veces que hicimos esto fracasamos estrepitosamente. No pudimos lograr que la persona en quien creíamos que había potencial se comprometiera y, a la postre, terminó sintiéndose decepcionada. Qué diferente fue la forma en la que Jesús reclutó a sus discípulos. Él exigía todo desde el comienzo, prometía nada y recibía, a cambio, vidas totalmente entregadas a su causa. Nosotros, al prometer mucho y exigir poco por miedo a que se ofendan terminamos teniendo discípulos de ‘media estación’, es decir, personas incapaces de enfrentar los ‘calurosos cachetazos’ que la vida nos propina de vez en cuando y los fríos inviernos de las pruebas que arremeten absolutamente contra todos los siervos.
Mateo y los demás discípulos pusieron de cabeza al Imperio Romano. ¿Cómo lo hicieron? Entregándose sin reservas en las manos del Maestro. La pasión y devoción por su Señor llevaron a ofrendar sus propias vidas por la causa del evangelio. Las tradiciones más antiguas dicen que Mateo murió quemado en la hoguera después de servir al pueblo judío por muchos años. Murió como vivió, encendido por Jesús y el evangelio. Bien lo dijo Dwigth Moody: “El mundo todavía no ha visto lo que Dios puede hacer con, por, en y a través de una persona total y completamente consagrada a Él”. La misma invitación se te extiende a ti. ¡Si te lo propones, tú puedes ser uno de aquellos que transformarán el mundo entero!
“Amado Señor. Acepto tu invitación. Quiero servirte de todo corazón, sin reservas ni condiciones. Anhelo que tú obres a través de mi vida y extiendas tu reino por medio de mi obediencia. Perdóname porque he pretendido mucho y te he dado poco. No me he entregado totalmente ni te he servido con abnegado corazón. Hoy me rindo de todo corazón. Amén”.
Scripture
About this Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
More