Jesús: Un Modelo Comunicacional Digno De ImitarEjemplo

Principios básicos para establecer puentes en la comunicación – parte VII

• Jesús pasa de la necesidad natural a la necesidad espiritual

A pesar de la negativa de la mujer, Jesús continúa la conversación diciéndole que tenía un agua mejor que la de ese pozo y que él estaría dispuesto a compartirla con ella. De esta manera, partiendo de algo material como el agua, el Señor comienza a hablarle acerca de las realidades espirituales: "el don de Dios" y "el agua viva".

Pero notemos cómo Jesús presenta el asunto. Comienza diciéndole: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva". Hay un cierto toque de misterio que tiene como finalidad causar extrañeza en la mujer y motivarla a reflexionar. Es una forma de incitar a la mujer para que haga más preguntas y se siga interesando por lo que Jesús le quería decir.

Luego le habla del "don de Dios", porque la mujer desconocía la gracia de Dios. Podemos imaginarnos algunos de sus pensamientos en este momento: ¿en qué consistiría este regalo? ¿Realmente Dios me quiere regalar algo? La vida es tan dura... todo hay que ganarlo por uno mismo... me resulta sospechoso que alguien me quiera dar algo sin recibir nada a cambio...

Por último, le habla de sí mismo: "si conocieras quién es el que te dice: Dame de beber". Aunque ella no tenía ni idea, Jesús, quien en aquellos momentos estaba hablando con ella, es el regalo de Dios al mundo pecador. En él, Dios ha manifestado toda su gracia, misericordia, justicia, perdón, santificación... a favor de los hombres.

Mientras la mujer estaba centrada en sus problemas éticos y sociales; Jesús cambió la dirección de la conversación. Ella solo estaba mirando las cosas por encima, (un hombre sentado, cansado y sediento que le había pedido agua). Pero Jesús que ve más allá, Él va directo a la necesidad real de la samaritana. Jesús sabía cuál era la condición real de esta samaritana y ahí era donde Él quería llegar. “Tú tienes una profunda necesidad espiritual que solo yo puedo llenar en ti”.

El agua viva, era el agua corriente (manantial vs cisterna o estanque). Era También una metáfora que lo judíos usaban para referirse a la sed de Dios.

Jesús no pierde de vista la necesidad de la mujer. La samaritana había ido al pozo porque tenía la necesidad de satisfacer su sed. Y Jesús era sensible a las necesidades de las personas. El entendía que la gente se motiva a actuar en función de sus necesidades. Por eso tomó el tema del agua y la sed con la mujer samaritana que iba al pozo precisamente para obtener agua para calmar su necesidad (Juan 4). Era evidente de que la samaritana había acudido al pozo porque tenía sed.

A lo largo de la conversación con la samaritana, Jesús privilegió la necesidad de ella como motivación para interactuar con ella. Al abordar a las personas, la necesidad de éstas era su prioridad y su punto de enfoque.

Jesús demuestra con su forma de abordar a la mujer samaritana una gran compasión, paciencia y una profunda comprensión de las necesidades personales y espirituales de ella. Él la involucra en un diálogo respetuoso, llevándola gradualmente a una comprensión más profunda de su propia sed espiritual y su identidad como el Mesías.