Jesús: Un Modelo Comunicacional Digno De ImitarEjemplo

Principios básicos para establecer puentes en la comunicación – parte V

En la conversación de Jesús con la mujer samaritana podemos observar algunos principios de comunicación que generan efectividad comunicacional, y que podemos adoptar como parte de nuestro estilo de comunicación.

• Jesús escuchaba sin juzgar a sus oyentes (Juan 4:17,18)

Esta mujer había tenido un pasado y no gozaba de muy buena reputación. Es frívola, dispuesta a habar con extraños, con una lengua veloz para convertir las cosas graves en burlas; y sin embargo posee, oculta bajo masas de vanidades impuras, una conciencia y un anhelo de algo mejor de lo que tiene.

La samaritana era una mujer adúltera, pero Jesús no se escandaliza ante tal realidad, muy por el contrario, la respeta y ama profundamente. Por eso la escuchó con detenimiento y sin juicio de valor. Escuchar activamente y con empatía, en el fondo es un acto de amor. Jesús no criticó ni acusó a la mujer por la condición moral en que vivía. Jesús está libre de prejuicios de toda índole: raza, sexo, credo, condición social.

Por el contrario, en la respuesta de la mujer samaritana se percibe inmediatamente la desconfianza reinante entre judíos y samaritanos. "¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?" A esto hay que añadir las diferencias de sexos, porque la samaritana deja también claro que ella era "mujer". Sin embargo, a pesar de los prejuicios de la mujer. El diálogo continúa y Jesús va llevando pedagógicamente a la mujer a la comprensión de que está hablando con el Mesías prometido.

Jesús se saltó los convencionalismos sociales que eran propios de aquella cultura y que prohibían que un rabino judío pidiera algo a una mujer. Jesús no reconoció las divisiones y enemistades entre los hombres, ya sea que éstas tengan su origen en la raza, la religión, el sexo o cualquier otro aspecto.

Jesús tenía una forma sencilla de comunicarse y exponer las verdades espirituales, como en el caso de la mujer samaritana, a quien le mostró su necesidad espiritual, despertó su conciencia, y le contestó a todas las preguntas que inquietaban su alma, para llevarla finalmente a la fe en él, el auténtico Mesías y Salvador del mundo.

Jesús no juzgaba ni condenaba a las personas. Este hecho hacia que las personas lo buscaran y se sintieran atraídos y atendidos por Él.

Escuchar con efectividad supone suspender nuestros juicios de valor acerca de la persona, para así poder escuchar las necesidades y expectativas del otro, en el total entendimiento de su realidad.