La Sombra De Tus AlasMuestra

¿Qué es una adarga?

¡Esto es maravilloso! Para ser honesta antes de escribir este devocional leí muchas veces estos versículos, ¡hasta los memoricé! Pero no los había rumiado lo suficiente.

Una adarga es un escudo hecho de cuero en forma de corazón que se utilizaba en la guerra para cubrir por completo el cuerpo de los soldados.

POR COMPLETO... cuando analicé esto en lo único que podía pensar es en que EL AMOR DE DIOS NOS CUBRE POR COMPLETO, pero ¿por qué necesitamos un escudo?

Los hijos de Dios tenemos una lucha constante, una lucha que no es contra sangre y carne sino contra huestes espirituales, es decir, tenemos una lucha que no podemos ver pero que es muy real, constantemente el enemigo trata de separarnos de Dios porque debemos de saber que la guerra espiritual es una guerra por almas.

Aunado a esto estamos en esa lucha constante contra nuestra propia carne y por esto es necesario disciplinarnos es decir, cuando leemos la Biblia, oramos y alabamos a Dios (aun cuando en ocasiones no tengamos ganas) estamos recargando nuestras armas para luchar contra las tentaciones que vendrán (porque todos pecamos constantemente) y cuando dejamos de lado estas "herramientas de defensa" es entonces que nos encontramos mas vulnerables al ataque del enemigo, por eso Dios nos dice que lo busquemos constantemente, que permanezcamos a la sombra de sus alas porque es ahí debajo de sus alas que nos encontramos seguros, protegidos.

Ahora bien, en su soberanía Dios muchas veces permite que pasemos por situaciones que no son para nada agradables, esto es para que lo busquemos más a Él, para que testifiquemos de sus maravillas, para que crezcamos espiritualmente, para moldear nuestro carácter o simplemente porque vivimos en un mundo caído necesitado de un salvador, la razón por la que puedes estar pasando por situaciones complicadas es probable que no la sepas hasta que estemos en la presencia de Dios y muy seguramente estaremos tan felices de estar ahí que le dejaremos de dar importancia, lo que sí puedo decirte es que confíes en Dios y en sus procesos que son para nuestro bien de una u otra manera.

Es por eso que Pablo nos invita a utilizar la armadura de Dios, en la cual el escudo es nuestra fe, una fe que Dios mismo nos ha regalado sin merecerla y que nos ayuda a esperar con certeza aquellas cosas que no podemos ver.

Sigo impactada con la forma de una adarga, pienso en el amor de Cristo al venir al mundo a morir por nosotros y cómo a través de este sacrificio es que ahora somos hijos de Dios cuando lo recibimos en nuestras vidas.

En el libro de Filipenses podemos leer claramente cómo es que Jesús por decisión propia bajó del lugar de honra y honor que le corresponde para hacerse hombre y morir por nosotros en una cruz, siendo humillado y torturado y lo peor de todo, siendo separado de Su Padre mientras pagaba el precio que nosotros debíamos por nuestros pecados. (Lo veremos un poco más profundo el último día).

Ese es el gran amor de Jesús por ti y por mí, ese sacrificio eterno, completo y permanente nos hace tener un escudo de amor en el que podemos escondernos cuando reconocemos que somos incapaces por nuestros propios méritos de salvarnos, es ahí en donde Jesús como nuestro abogado nos defiende del juicio que merecemos y el Padre nos encuentra justificados porque somos cubiertos (como ese escudo de pies a cabeza) por su perfecto amor.

Y, ¿cómo podemos ser cubiertos estando lejos? ¡Imposible! Es como si de nuevo el Salmo nos llevara a recapacitar en que el único lugar seguro que tenemos es Su presencia, ahí es en donde somos protegidos, en donde estamos seguros.