La Sombra De Tus AlasMuestra

COVID

Cuando leemos esta palabra todos nos remontamos a una pandemia, enfermedades, incertidumbre, muerte…

Recuerdo el caso de una amiga muy cercana, ella y su esposo eran un matrimonio que yo admiraba, la paciencia, el amor, la ternura con la que se hablaban impactaba a cuantos los conocíamos.

"Mi amore", le decía ella a pesar de tener ya tantos años de casados, existía una complicidad entre ellos que era lo que cualquier hijo de Dios debería reflejar en su matrimonio. Recuerdo que cantaban en el coro de la iglesia (unas voces hermosas de ambos), los domingos los veíamos en la misma banca, Tere tomaba un papel maternal siempre con las más jóvenes, nos guiaba y nos alimentaba. Así es, leíste bien, nos alimentaba, en días de mucho trabajo en la iglesia llegaba con el desayuno (a pesar de muchas veces ser la líder del proyecto) y se aseguraba de que todas nos sentáramos a la mesa a comer antes de trabajar.

Recuerdo la llamada cuando me avisaron que Tere y su esposo habían sido contagiados de covid, recuerdo orar por ellos, la siguiente llamada nos avisaba que habían sido hospitalizados, así, juntos, como siempre andaban.

Recuerdo haberle dicho a Dios que no se llevara al "amore" porque Tere no iba a poder vivir sin él.

Recuerdo la siguiente llamada para avisarme de la muerte del esposo de Tere y decirme que ella estaba grave, entubada... mi preocupación aumentó por saber cómo iba a reaccionar Tere ante la viudez.

Siguiente llamada… Tere falleció.

¿Por qué te cuento esto en este punto de los devocionales?

Porque muchas veces podemos mal interpretar estos versículos pensando que Dios nos va a librar de todas las enfermedades y que, como hijos de Dios no vamos a sufrir en este mundo.

El covid definitivamente llegó como una plaga y arrasó con este matrimonio tan hermoso, un matrimonio que amaba y honraba a Dios con sus vidas, entonces, ¿se equivocó Dios? Porque muchas personas (creyentes y no creyentes) murieron con esta enfermedad y en muchos casos aún hay secuelas para quienes lo padecieron.

Déjame que te diga que Dios no se equivoca, por lo general nosotros no entendemos los planes de Dios porque son mucho más complejos de lo que la mente humana puede comprender, sin embargo, hay algunas cosas que puedo asegurarte basándome como ejemplo en la vida del matrimonio Martiradoni:

Dios en su misericordia no permitió que ninguno de los dos tuviera que pasar por el dolor de la pérdida del otro.

Ellos tenían a Dios por su esperanza, sabían que Jesús pagó un alto precio por sus vidas y esa esperanza va más allá de la muerte física, nos lleva a vivir en el entendimiento de que aquí somos extranjeros y nuestra verdadera ciudadanía está en el cielo.

¿Llegó la plaga a su hogar? Si lo vemos desde una perspectiva humana te contestaría que sí, si lo veo desde una perspectiva espiritual te diría que no porque a pesar de todo Dios los protegió, los cuidó y debajo de sus alas están seguros, leíste bien, lo están… ahora en el presente y lo están por la eternidad como lo estaremos tú y yo si ponemos nuestra confianza en Jesús el autor y consumador de la fe, cuando seamos llamados a su presencia.