La Sombra De Tus AlasMuestra
Cuando a Jesús le preguntaron ¿Cuál es el mayor mandamiento? Jesús les dijo:" Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.
Estaba meditando en el versículo 14 del salmo 91 y, al relacionarlo con el más grande mandamiento que Jesús nos dejó pensé, ¡este mandamiento es de protección!
¿Por qué lo pensé así? Porque muchas veces podemos ver los mandamientos que Dios nos da como normas restrictivas, es decir, como no hagas esto, no hagas aquello, como si Dios estuviera satisfecho en tenernos quietos y bien portados de la misma manera que muchas veces nosotros lo hacemos con nuestros hijos.
Mi hijo más pequeño cada vez que se enferma y hay que darle medicina pregunta si es la que le gusta o la que no le gusta para saber si quiere o no tomársela y me hace meditar y darnos cuenta de que nosotros somos así con Dios muchas veces, obedecerlo no siempre es fácil, me atrevería a decir que nunca es fácil porque obedecer a Dios en muchas ocasiones implica morir a nosotros mismos, nuestra comodidad, incluso nuestra manera de pensar, para obedecer a Dios es necesaria la humildad y eso si que nos cuesta, por lo tanto, solemos pensar en sus mandatos como restrictivos, sin embargo no lo son, son protectores.
Amar a Dios significa sentir un profundo anhelo por Él.
¿Alguna vez has anhelado algo con todo tu corazón de tal manera que tus pensamientos están constantemente en eso?
Dios nos dice que le amemos sobre todas las cosas, con todo nuestro corazón, es decir, por encima de nuestras emociones, con todas tus fuerzas, con todo lo que Dios te ponga físicamente, buscándolo con un corazón de adorador como le dijo Jesús a una mujer de Samaria: Dios busca adoradores en espíritu y en verdad.
Es ahí en donde estamos habitando en su abrigo y somos protegidos, puestos en alto.
Esta frase me hace pensar en que cuando tenemos niños muchas veces tenemos que “poner en alto” las cosas que no queremos que agarren porque sabemos que una vez en sus manos esas cosas que apreciamos es probable que terminen dañadas en el mejor de los casos sino es que terminan destruidas porque no las van a apreciar como nosotros las apreciamos.
En ese lugar en que están nuestras pertenencias valiosas de cierta manera protegidas así me imagino a Dios, nos pone en alto, en un lugar protegido y seguro ¡PORQUE NOS AMA! (a pesar de que muchas veces no los sintamos así como lo vimos en días anteriores).
Somos de gran estima para Él, a Él le gusta pasar tiempo con nosotros, le gusta que le hablemos (oremos), que le cantemos (no importa si desafinas), que leamos Su Palabra, que lo busquemos una y otra vez porque le gusta que pasemos tiempo con Él PORQUE NOS AMA.
¿Cómo no amar a un Dios así? Un Dios que te conoce con tus cosas buenas y tus cosas no tan buenas, que te perdona cada vez que le fallas, que conoce hasta nuestros pensamientos y no se asusta y no se va, que tiene un amor fuerte, sincero y eterno, ¿cómo no anhelarlo?
Esta es la invitación de Dios: que leamos su Palabra para que lo conozcamos y te aseguro que entre más lo conozcamos más le amaremos.
Dios:
Por favor danos hambre y sed de tu Palabra, permítenos amarte sobre todas las cosas y estar seguros en Ti.
Acerca de este Plan
Esta vida es difícil, muchas veces estamos rodeados de problemas, de personas que nos hacen daño, nos lastiman, nos levantan falsos y esto puede ser muy doloroso, incluso podemos llegar a pensar que Dios está ausente o nos nos escucha. El Salmo 91 es reconocido por ser un Salmo de protección, pero ¿qué pasa cuando no te sientes protegida? Dios nos recuerda que en medio de todo lo que podamos vivir hay un lugar seguro La Sombra De Sus Alas, un lugar en donde podemos encontrar la paz y la seguridad que tanto anhela nuestro corazón.
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Nos gustaría agradecer a Murmullos de Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/murmullos_de_dios/