PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 8Muestra

DIA 2 - Unidos como Cuerpo de Cristo

Efesios 2:10-22

Somos hechura de Dios, Su obra maestra, unidos en Cristo.

A menudo aplicamos Efesios 2:10 a nosotros mismos como individuos. Y es cierto en tu caso: eres una obra de arte de Dios, creada de nuevo en Cristo.

Pero el versículo es más profundo que eso. Dios creó algo nuevo. Fíjense que es singular. Como nuevas creaciones en Cristo, colectivamente formamos la nueva obra maestra de Dios —Su cuerpo, la Iglesia. Juntos formamos una comunidad única para darle gloria.

Los versículos 11-22 hablan del misterio revelado a través de la Iglesia. El plan de Dios era edificar tanto a judíos como a gentiles en una sola estructura con un solo fundamento: Cristo. Como creyentes modernos, nos cuesta comprender la inmensa brecha que Dios ha restaurado. Pero si Dios pudo sanar aquella brecha, también puede hacerlo con los hombres de hoy.

Uno de los muchos aspectos hermosos de la Iglesia es la combinación de unidad y diversidad. Somos individuos con dones, talentos e ideas únicas. Somos diferentes grupos étnicos, cada uno con sus propios valores, herencia y belleza. Tenemos lenguas y estilos de alabanza diferentes.

Sin embargo, Dios nos reúne como obra Suya. Antes estábamos lejos de Dios y de los demás, pero Dios nos acercó mediante la sangre de Cristo. Los dos, divididos por un muro de enemistad, se juntan en uno a través del poder reconciliador de la sangre de Jesús.

El odio y el dolor, la división y la sospecha, el aislamiento y la separación son sustituidos por la paz a través de nuestro Salvador común. Cristo Jesús es nuestra piedra angular. Él es quien nos une. En él, somos edificados juntos para ser la morada de Dios. Aquí es donde Dios muestra Su obra.

En esta unidad centrada en Cristo, se planta la verdadera comunidad.

En esta comunidad, las personas sienten las necesidades reales de los demás. La gente también celebra los dones de los demás. Hay un sentido de apoyo y amor interconectados. La gente ve a Dios obrando en los demás y se alegran juntos. La hostilidad muere cuando nos unimos en torno a la cruz de Jesús. Las vidas y las relaciones experimentan la curación cuando abrazamos nuestra posición colectiva en este único cuerpo de Cristo.

Pausa para reflexionar:

Estamos hechos para la comunidad. ¿Qué puedes hacer para celebrar los dones únicos y la belleza del pueblo de Dios que es diferente a ti?

Oremos:

Padre, gracias por hacer de los dos pueblos uno solo y unirnos en el cuerpo de Cristo.Ayúdame a ver y a aceptar mi parte en esta comunidad de tu pueblo.Es lo que verdaderamente necesitamos.