PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 6Muestra

DÍA 6 - El Dios de la Abundancia

2 Samuel 9:1-11

1 Timoteo 1:14

Éxodo 34:6

2 Corintios 1:5

Romanos 15:13

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste una historia de «pobreza y riqueza»? A todos nos gusta una buena historia de Cenicienta, pero no hay nada como una historia real. En la Palabra de Dios, hay una historia sobre un hombre llamado Mefiboset (lo llamaré "M").

El propio significado del hogar de M, Lo Debar, significaba «no tener» o «no tener pastos». Era un pueblo de gente olvidada, incluyendo a M, hijo del mejor amigo de David, Jonatán. La Escritura registra en 2 Samuel 9:5 que David trajo a M de este lugar de «no tener».

La suerte de M cambió radicalmente el día en que David se mostró bondadoso con él. Fue adoptado como uno de los hijos del rey. Comenzó a disfrutar de los banquetes del rey en su mesa. El rey David le devolvió todas las tierras que le habían arrebatado. David también le dio recursos para cultivar y recoger la cosecha, 35 hombres a su disposición.

¡M recibió abundancia!

¿Te suena familiar la historia de M? Debería serlo porque a ti, como hijo de Dios, te han traído de lejos, te han mostrado bondad, te han dado acceso al trono de Dios y te han concedido abundancia. Los autores de la Biblia no tienen reparos en hablar de nuestra gran abundancia a través de Jesucristo.

·Es abundante en gracia.

·Es abundante en bondad y verdad.

·Es abundante en misericordia, reteniendo el juicio.

·Él da paz en abundancia.

·Hay consuelo abundante en el sufrimiento abundante.

·Él quiere que rebosemos de abundante esperanza a través de la fe en él.

Tómate tiempo para asimilar el alcance de su abundancia, ¡y observa cómo se desvanecen tus ansiedades! ¿Dónde has visto Su abundancia hoy?

Porque tenemos el mejor asiento como hijos preciosos de Dios en la mesa del Rey, sabemos que es una abundancia que nunca se agotará.

Cuando dejamos de centrarnos en nuestra ansiedad y ponemos nuestra atención en Aquel que cuida de nosotros, se nos promete paz en abundancia.

Pausa para reflexionar:

La mentira de que Dios «te niega el bien», es tan antigua como el Jardín del Edén. ¿Dónde has creído que Dios es tacaño y te niega lo que necesitas? Dios puede revelarte y guiarte a descubrir las mentiras que has creído. Cuando esto suceda, confiesa y renuncia a cada una de esas mentiras que Él te muestre.

Oremos:

Señor, recibo la abundancia de tu gracia. Hoy tomo un tiempo para pensar en la generosidad de tus dones para conmigo: gracia, paz, verdad, misericordia, consuelo y esperanza.