PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 6Muestra
DÍA 4 - ¿Los objetivos de Dios o los míos?
Romanos 8:28-29
2 Pedro 1:1-8
Teníamos un objetivo, un fin. Mi marido y yo nos jubilaríamos anticipadamente y él cumpliría su sueño de toda la vida: ser agricultor. Elaboramos un plan detallado con los conocimientos adquiridos en su juventud como granjero, su experiencia en el sector agrícola y los consejos de otros agricultores.
Viviríamos en una pequeña ciudad universitaria cercana con muchas oportunidades para disfrutar de varios deportes y conciertos. Nos reunimos con un pastor local y estábamos entusiasmados con nuestro nuevo futuro. ¡Adiós a la vida en la ciudad! Avanzábamos a toda máquina hasta que el precio de los cultivos de la zona cayó en picada y no pudimos permitirnos el costoso equipo necesario para empezar a trabajar.
Nuestro sueño se había esfumado como la fina niebla de la lluvia matutina, pero los planes de Dios para nosotros permanecían. Creíamos que teníamos todo bajo control pero no era así. Las circunstancias y las personas habían frustrado nuestro objetivo.
¿Cómo van tus objetivos? Puede que se haya frustrado un objetivo profesional o que una relación deseada haya terminado. Puede que tu objetivo de tener una familia feliz y armoniosa se haya esfumado.
Pero en medio de la decepción, aún puedes realizar la meta de Dios para ti. Nuestras circunstancias no pueden frustrar el objetivo de Dios. Su meta para nosotros, nacida de su corazón de amor y cuidado, es llegar a ser como Jesús. A Él le interesa desarrollar nuestro carácter. Se deleita en ver cosas como ejercer el dominio propio, la paciencia, el afecto fraternal y la joya de la corona, el amor. Todo esto refleja el carácter de Cristo.
Sus «no» son tan vitales como Sus «sí». Incluso en Sus «no», hay un «sí» cuando ponemos nuestra esperanza en Su amor inquebrantable. Sólo hay alguien que puede frustrar el objetivo de Dios para nosotros: el hombre o la mujer del espejo.
Tener objetivos poco claros, fuera de nuestro alcance o que sean inciertos, pueden generar ansiedad en nuestra mente. Nos inquietamos enérgicamente mientras nos esforzamos por alcanzar las metas que nos hemos fijado.
Sin embargo, una gran paz entra en nuestras almas cuando abrazamos la meta de Dios para nosotros —crecer en el carácter de Cristo. Cuando perseguimos el carácter de Jesús, la ansiedad desaparece.
Pausa para reflexionar:
¿Hay circunstancias o personas que frustran un objetivo actual en tu vida? ¿Qué puedes recordar de Dios que te lleve a confiar en Su amor y reflejar así Su carácter?
Oremos:
Señor Jesús, tus «no» son duros. Pero Tu amor está detrás de todos ellos. Quiero recibir tu abundante gracia y por fe, someterme a tu meta de parecerme a ti.
Escrituras
Acerca de este Plan
Amar a Dios es el primer mandamiento y el más importante. Por nuestro amor, el mundo sabrá que seguimos a Cristo. No debe sorprendernos, entonces, que el amor esté bajo ataque incesantemente. Las Perlas diarias de Gracia son una herramienta para ayudarnos a eliminar obstáculos como la culpa, la vergüenza, el temor y el orgullo, recuperarando nuestro primer amor por Cristo.
More
Nos gustaría agradecer a Freedom In Christ Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.libertadencristo.org