Atascado en reversaMuestra

Cuando dudemos

Si usted vacila al tratar de dar a la pelota con el bate en un partido de beisbol, fallará por completo. Tómese un momento para pensar en cómo terminará una carrera de diez kilómetros una vez que la haya comenzado, y es probable que pierda la carrera. La vacilación indica una actitud de inseguridad, de duda, y a veces falta de fe y creencia en lo que está haciendo. Si bien hay momentos en que Dios quiere que esperemos su respuesta a nuestras oraciones, hay otros en los cuales nos manda a seguir adelante con valentía, creyendo que Él proporcionará justo lo que ha prometido.

Dios le ordenó a la nación de Israel que entrara en la tierra prometida y la tomara como su herencia. Pero ellos se resistieron a la idea y dudaron en hacer lo que Dios les había mandado. ¿Por qué permite el Señor que enfrentemos un desafío que parece estar más allá de lo que podríamos lograr?

La respuesta es sencilla: quiere que dependamos por completo de Él, que escuchemos su voz y lo veamos como nuestro proveedor para cada necesidad que tengamos. Si podemos encontrar una manera de lograr el objetivo o terminar la tarea sin Él, entonces ya no caminaremos por fe, sino que lo haremos a la luz de lo que podemos lograr por nosotros mismos. Para que Dios sea verdaderamente glorificado en nuestras vidas, debemos aprender a vivir por fe, confiando en Él en cada paso del camino.

Al igual que la nación de Israel, ¿alguna vez ha dudado usted y perdido una oportunidad importante? La mayoría de nosotros lo hemos hecho. Cuando esto sucede, las preguntas que debe hacerse son: “¿Creo que Dios me ha creado con un propósito?”. “¿Estoy seguro de que Él tiene un plan para mi vida y de que está dispuesto a darme la sabiduría y la fuerza que necesito para alcanzar mi máximo potencial?”. Si su respuesta es sí, entonces no hay forma de que siga viviendo la vida corriendo en reversa. Sin embargo, si dijo no y dudó, entonces sentirá el estrés que proviene de ser cautivo de pensamientos de duda e inseguridad. Nunca permita que estos le detengan porque Dios ha puesto su sello de propiedad en su vida. Usted le pertenece, y su vida contiene todo lo que necesita para alcanzar las metas que Él se propone para usted.

Dios nos ha dado a cada uno una promesa básica a la cual aferrarnos cada vez que nos sintamos tentados a dudar de su bondad. Está en Jeremías 29.11 (LBLA): “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros —declara el Señor— planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”.

En estas pocas palabras, Dios nos ha hecho una promesa poderosa. También ha revelado una visión de sí mismo que nos cambia la vida. Nos dice: “Yo sé los planes que tengo”. Piense en estas palabras por un momento a la luz de dónde se encuentra usted hoy y en lo que le gustaría lograr. ¿Puede decir: “Estoy en el camino correcto”? ¿O desea conocer lo que Dios sabe sobre su futuro? ¿Hay esperanza? ¿Realmente se interesa? ¡La respuesta es sí!

Dios le creó con un plan en mente: un plan de éxito y bendición, no de fracaso. Entonces, la próxima vez que se sienta tentado a dudar y vacilar, recuerde:

. Dios quiere que siga adelante cada día.

. Incluso si usted no puede ver un progreso tangible, Él sí puede.

. Él está obrando en nuestra vida en todos los frentes, preparándonos para algo más grande y mejor.

. Cuando confiamos en Él, siempre actúa en nuestro favor.