Atascado en reversaMuestra

Un largo camino de vuelta a Dios

Cuando usted se arrodilla para orar, ¿se encuentra recordando viejos pecados, fracasos que ocurrieron hace años, o tal vez pecados recientes que le han dejado desesperado o aislado? Comienza a orar, pero llega a la conclusión de que Dios no le perdonará, y no sabe qué hacer. Le ha pedido perdón en el pasado, pero termina sintiendo como si Él no le amara, no le importara y no perdonará su pecado. Estas son mentiras de Satanás. Dios siempre perdona, restaura, ama y nos da la bienvenida.

Las personas cuyas vidas se atascan en reversa a menudo terminan en esa situación porque han elegido viajar por una ruta diferente a la que Dios quiere que tomen. Podría ser un camino hacia el chisme, el resentimiento, un corazón endurecido, la ira, el adulterio, la fornicación o cualquier número de otros pecados. Cualquier cosa que nos separe de Dios es pecado a sus ojos. Esto se debe a que el pecado nos hace actuar de manera independiente de la voluntad de Dios. Cada vez que tomamos una decisión sin consultar al Señor, corremos el riesgo de apartarnos de su voluntad.

A menudo, pensamos que tenemos que abordar la vida de la manera que queremos hacerlo. Sentimos como si conociéramos el camino verdadero, y Dios no ha movido un dedo para resolver el problema que nos está molestando. Por lo tanto, tomamos el asunto en nuestras manos. Cuando empezamos a ver la vida desde esta perspectiva, debería sonar una alarma dentro de nosotros. Deberíamos detenernos y pensar en lo que nos espera a la vuelta de la esquina.

Algunas veces me encuentro con una persona que me dice: “Una vez estuve comprometido con Dios, pero sucedió algo. Yo cambié o Él cambió, pero ya no es como antes entre nosotros. No siento que Él se interese por mí”.

Dios nunca dejará de amarle. Nada de lo que usted pueda hacer tiene el poder de hacer descarrilar su amor. Si se encuentra apartado de Él y parece que hubiera una gran distancia entre usted y el Padre, entonces quizás su devoción, confianza o amor por Él hayan disminuido. Él es el mismo ayer, hoy y siempre (Hebreos 13.8).

Pero Satanás hará todo lo posible para recordarle el pecado pasado, el que le ha pedido a Dios que perdone. Le dirá que el Señor está decepcionado de usted y que está lejos de Él.

Nunca crea una palabra de esto. Dios está íntimamente involucrado en la vida de su creación, y siempre está cerca de usted. Si ha cedido al pecado, entonces sentirá una distancia entre usted y el Señor. Pero la distancia no se debe a que Dios se haya alejado. Él sigue siendo el mismo en su amor y cuidado por usted. Nosotros somos los que nos alejamos cuando elegimos desobedecer al Señor. El pecado crea una distancia dentro de nuestros corazones. Siempre debemos prestar atención a las instrucciones de Santiago para nosotros: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros” (4.7, 8).