Atascado en reversaMuestra

El cambio de drive a otra velocidad

Muchas personas viajan por la vida sin pensar en Dios. Sus vidas están enfocadas en lograr las cosas que creen que les darán un sentido de importancia personal, estatus y reconocimiento. Han puesto sus vidas a toda marcha, sin tener nunca en cuenta al Señor o los buenos planes que Él tiene para ellas. Mientras van a toda velocidad por la vida, nunca se detienen a considerar su amor eterno y su preocupación hasta que les sucede algo terrible. Entonces, solas con sus miedos, se preguntan cómo podrán vivir a plenitud.

Luego están aquellas que, en vez de mirar a través del parabrisas de la esperanza y las posibilidades, han puesto sus vidas a propósito en reversa y se están moviendo hacia atrás. Han creído mentiras, afirmaciones que han afectado su autoestima o han cambiado el enfoque de sus corazones para que ahora sientan que nunca saldrán adelante. Notan que quienes les rodean avanzan, pero no creen en la capacidad de Dios para cambiar la dirección de sus vidas. Por lo tanto, se atascan en sentimientos de derrota y desilusión. Si algo de esto describe su vida, entonces quiero asegurarle que no es el único.

Si siente que ha cambiado de drive a otra velocidad, puede darle la vuelta a su vida, ir en una dirección diferente y comenzar a vivir de nuevo. Aunque puede haber consecuencias por las decisiones que haya tomado en el pasado, puede empezar donde está ahora mismo y vivir para cumplir el propósito para el que fue creado. Sin embargo, debe estar dispuesto a abrir su corazón a Dios y a los planes que Él tiene para usted. Esto significa estar dispuesto a confiar en Él, permitirle que le guíe cada día y entregarse a Él sabiendo que se ocupará de todo lo que le preocupa.

El profeta Isaías escribe: “El SEÑOR te guiará siempre; te saciará en tierras resecas y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan” (58.11 NVI). Dios conoce nuestro potencial, y si se lo permitimos, nos mostrará cómo vivir cada día a la luz del éxito y de la victoria que Él da sobre cualquier derrota. No importa cuáles sean nuestras circunstancias o lo que hayamos hecho en el pasado, Dios nos ama con amor eterno (Jeremías 31.3), y hará que nuestra vida cuente para algo maravilloso si ponemos nuestra confianza en Él.