¿Misericordia o sacrificio?Muestra
«La trivialidad en la relación con Dios»
Dios no puede circunscribirse a normas o interpretaciones humanas, que se activan conforme el usuario y la circunstancia lo requieran. Se pretende experimentar la vida sin mayores dificultades. Pero esto es idolatría. Dios se convierte así en el medio por el cual se logran objetivos netamente egoístas: librarnos de todos nuestros males y sufrimientos. De esta manera, nunca está seguro de haber hecho y ofrecido lo suficiente. El gozo es puro artificio, y fluctúa en intensidad y calidad de acuerdo a la cantidad de obras. Esta clase de creyentes se dicen que no son buenos como el pastor, pero tampoco viles como los adictos, para ellos no existe ninguna diferencia entre un creyente y un pecador.
Lo que los hace distintos es la gracia de Dios. Ésta es una invitación completa a la comunión con Aquel que lo creó, donde la solución al pecado no es sacrificio sino misericordia. En la relación con Dios, profundizo mi intimidad con Él y el conocimiento de su persona. Todo lo que recibo de parte del Señor es por fe. Es Dios mismo quien nos encuentra y nos ama. Esto produce gozo y regocijo en nuestro corazón; porque ya no depende de lo que nosotros hagamos, sino de lo que Cristo hizo por cada uno de nosotros en la Cruz.
Las Escrituras dicen que somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Y que si perseveramos y permanecemos fieles en Él, obtendremos la corona de la vida. Somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Solo por su gracia, cada uno de nosotros tendrá el gran premio. Somos vencedores no por lo que hagamos, sino porque confiamos en lo que Jesús ya hizo.
¿Entendemos acaso que es por misericordia y no por sacrificio? Dios nos ama y quiere darnos la oportunidad que le conozcamos en su gracia. Con verdad el apóstol Pablo decía que no se gloriaría más que en la Cruz de Cristo, pues los latigazos, la corona de espinas, los clavos, la lanza, y todos los padecimientos de Jesús tendrían que haber sido para él. El profeta Isaías también dijo que el castigo de nuestra paz fue sobre el Señor, y que por su llaga fuimos sanados.
Es tiempo de pedir perdón si creyó que merecía su gracia, su amor y su misericordia. Lo único que podemos hacer es descansar en la obra redentora y expiatoria de la Cruz, sabiendo que el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad y que su bendita gracia nos sostiene.
Acerca de este Plan
Si observamos analíticamente la mayoría de las predicaciones de los últimos tiempos, concluiremos que están impregnadas de humanismo disfrazado de religiosidad. Los heraldos de este tipo de evangelio proclaman propuestas como: «Tienes que ser mejor», «tienes que intentar aún más, «tienes que estar más comprometido», «tienes que amar más profundamente», «tienes que ser bueno». El hijo de Dios recibe un mensaje con leyes sin verdadero poder, pero ¿es ese el mensaje que Dios tiene para sus hijos?
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Nos gustaría agradecer a Tommy Moya en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.transformadosencristo.com y www.elcentronetwork.com