¿Misericordia o sacrificio?Muestra
«¿Es la institución más importante que las personas?»
Muchos creen que Dios no está en las escuelas por la promulgación de leyes humanas. Pero en realidad, mientras nuestros hijos continúen cursando su escolaridad, Dios seguirá estando entre nuestros pequeños y jóvenes. No entendemos que en nuestro sistema democrático dar espacio a Dios significa que el espiritismo, brujería, Nueva Era, pornografía y perversión, tengan también su lugar.
Es tiempo de enseñar a nuestros hijos a proclamar y anunciar lo que ellos tienen dentro. No hay maestro que pueda prohibirles orar y servir al Señor. Es el momento de incluirnos en aquellas esferas donde realmente debemos estar. La luz brilla afuera, en el colegio, en el trabajo, en su casa, con su familia. El evangelio de la gracia prioriza a las personas, no a la institución.
Si no tenemos nuestra identidad fundamentada en Cristo y no reconocemos la obra de Dios en nuestras vidas, no podemos pretender afectar nuestra sociedad. Una iglesia atemorizada nunca podrá conmover e influenciar este mundo positivamente. El régimen legalista reduce a Dios a reglas, regulaciones y restricciones. Pero Dios no está interesado en defender la reputación de una institución; muy por el contrario, su celo y su pasión están en dar cumplimiento a su propósito eterno.
En nombre de la institución se han levantado voces que en vez de dar vida, han provocado muerte y dolor. Entonces observamos personas divorciadas ser tratadas como de segunda categoría; a mujeres casadas sometidas a situaciones extremas; o personas con capacidades diferentes, ser rechazadas y marginadas. Se las critica, juzga y señala sin ningún tipo de miramiento.
Nuestros pensamientos y caminos están tan lejos de los pensamientos y caminos de Dios, que no logramos comprender el corazón del Señor porque no entendemos que tenemos la mente de Cristo. Sin embargo, debemos tener presente que todo el institucionalismo de los fariseos nunca evitó que Jesús viviera entre el pueblo y conociera las necesidades de las personas.
El pensamiento legalista restringe la relación con el Señor y la intimidad con Él, a una mera fórmula completamente vacía. Esto lo hace extensivo a todos sus seguidores, enfatizando que la gracia es la licencia que la gente necesita para pecar. Algunos creyentes solo asisten los domingos a sus congregaciones procurando hallar respuestas para sus situaciones, y no escuchan la voz del Señor.
Escrituras
Acerca de este Plan
Si observamos analíticamente la mayoría de las predicaciones de los últimos tiempos, concluiremos que están impregnadas de humanismo disfrazado de religiosidad. Los heraldos de este tipo de evangelio proclaman propuestas como: «Tienes que ser mejor», «tienes que intentar aún más, «tienes que estar más comprometido», «tienes que amar más profundamente», «tienes que ser bueno». El hijo de Dios recibe un mensaje con leyes sin verdadero poder, pero ¿es ese el mensaje que Dios tiene para sus hijos?
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Nos gustaría agradecer a Tommy Moya en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.transformadosencristo.com y www.elcentronetwork.com