¡Rabí, enséñanos a orar!Muestra

2. Otro (Juan 14:16)

¡Y vamos por la 2da!

¿Porque una escuela de oración?

Desde niño me he imaginado lo impactante que debió de haber sido presenciar el ministerio de Jesús con sus 12 apóstoles reclutados no solo como acompañantes, pues en el proceso debieron de “haber aprendido” grandes cosas.

Desde entonces una de mis frases favoritas es: “Vengan a mí” (Mt 11:25), note usted amado hermano o hermana que no dice ve a una iglesia y cumple con la penitencia.

Pues bien, estamos aquí para aprender de Jesús. Ser discípulo es aplicar una disciplina, nosotros lo estamos haciendo con los ejercicios de meditación, pero ser apóstol es ser enviado y eso empezó con la de Magdala, pero ya me estoy desviando.

Esto tiene tanto que ver con nosotros, pues estamos aquí para restablecer una relación con Dios.

Nuestro error no fue haber tomado del árbol, sino el haberle ignorado, a pesar de habernos creado, ignoramos a Dios, a su voluntad y a sus deseos. Desde entonces el deseo de Dios es que volvamos a Él (Is 55:7). Nosotros también necesitamos ser otros y cambiar nuestra manera de pensar. No sólo se trata de aprender algo nuevo, de agregarle a nuestra vida una serie de rituales, sino de cambiar nuestra manera de pensar. Si lo hacemos, sí volvemos a conectarnos con Dios.

¿Se lo puede usted imaginar? ¡No hay mayor gozo que alabar a Dios! Como dice Pedro: preparen su mente y ejerciten el control. ¿Verdad que está hablando de meditar? (1 Pe 1:13). ¿Así o más claro?

Lo que podemos ver con claridad aquí es que lo importante es tener una conexión con Dios Padre a través de Jesús por medio del Espíritu Santo. No hay otro modo. Podrá tener todo el conocimiento bíblico e incluso memorizar los versículos, pero eso no le garantiza tener una relación con nuestro Señor Jesús.

El Reino de Dios es completamente otro y está construido con un firme cimiento que es la verdad de Cristo Jesús. ¿No le parece que…? Si el Espíritu Santo es el Espíritu de Verdad, es Él quien nos enseña a permanecer en Jesús y de eso se trata todo.

Esta es la razón de que este mundo está repleto de tantas distracciones, tendencias y sobre todo mentiras. Por eso necesitamos aprender la meditación cristiana, para permanecer en Jesús, quien es la verdad, donde hallaremos paz, descanso y libertad, pues Él no es como usted o los demás, ¡Él es Otro! Y si lo piensa bien, también usted será otro, y de eso se trata precisamente la fe. Por esto y no otra razón, es necesario preparar y abrir nuestro corazón para recibir a Cristo como el Hijo del Hombre, nuestro Pastor y ahora nuestro Maestro de la escuela de oración para los discípulos de Jesús. Sin Él solo somos unas ovejas perdidas (1 Pedro).

Esta clase de crecimiento espiritual es mencionado en la Palabra como la inspiración de Dios. Por ejemplo, cuando los fariseos cuestionan al Maestro Jesús acerca del comportamiento de los doce en el día del Sabbat, ¿y que les responde…? Nosotros solamente podemos tener buenos pensamientos provenientes de Dios. Sí, el Espíritu Santo nos inspira y su inspiración es absolutamente necesaria para nosotros, por eso se nos prometió y ahora está a nuestro alcance. ¿Qué le parece?

Oremos:

¡Oh Señor mío!

Tú que eres todo amor y perfección, desde allá arriba en lo alto de Tu cielo y hasta acá donde estamos todos nosotros entregándonos con todo nuestro corazón.

¡Gracias Señor por ser tan bueno con todos nosotros! Es tan hermoso sentir Tu gran amor en lo profundo de mi ser, en cada una de nuestras respiraciones al tiempo que Tu Espíritu Santo se mueve dentro de nosotros, no hay cosa más grande en el universo. Como Tú no hay otro Señor, con razón te alaban todas las estrellas, las nubes y las montañas que anhelan tocar Tu cielo.

Gracias amado Pastor y Maestro Jesús por permitirnos gozar de Tu presencia, en esta nueva experiencia que estás acercando a nuestras vidas y hacer de cada día un nuevo comienzo para todos nosotros, es toda una transformación, con una nueva manera de vivir y de pensar, conectados a esta nueva relación que nos permites tener Contigo y con Tu Padre que es nuestro Padre.

Por ello levantamos nuestras manos ante ti Señor con esta nueva forma de adorarte y alabarte, mientras haces mover a Tu Espíritu tan amado en nuestro interior con cada bocanada de aire que nos llena de Tu gracia y bondad, experimentando esta grandeza de sentirnos movidos por Tu gracia y justicia. Como un nuevo maná que nos nutre para mantener este nuevo regocijo en Él cada vez más cercano a su gloriosa y santa presencia.

Con una sola palabra, un nuevo sueño y la alegría de ser una nueva persona, renovada en Tu amadísimo hijo, nuestro amadísimo Maestro y Señor Jesús, pues Él es nuestro pastor, nuestro modelo, nuestra inspiración y nuestro más grande anhelo. Amén y amén.

Meditemos:

Ya estamos listos para la sesión de hoy.

La escuela de oración para los discípulos de Jesús, lo importante es que nada se sienta forzado sino completamente libre.

Más adelante profundizaremos en el tema, por lo pronto vamos a relajarnos.

Hoy iniciaremos con unos ejercicios básicos antes de meditar.

Ahí en su lugar, cerrando sus ojos, extienda sus brazos con ambas palmas de las manos hacia el frente, inhale y exhale. Ahora lleve sus brazos a la altura de sus hombros, inhale y exhale; muy bien, ahora levante ambos brazos y alabe al Señor inhalando y exhalando.

Hagamos 4 repeticiones más, primero al frente, a los lados y al Señor. ¡Excelente!

Recuerde que la respiración es muy importante, inhale y exhale a profundidad mientras medita en el mensaje central de hoy. Así como nos dice “Ven a mí” nosotros vamos pues no hay otro como Él y al mismo tiempo, Él nos da a otro, el Espíritu Santo.

Sienta usted como este importante mensaje fluye en su interior al tiempo que se hace presente en cada una de sus respiraciones. La postura también es importante ya que, si lo hacemos acostados en la cama, corremos el riesgo de quedarnos dormidos, pero eso sí muy relajados. Le recomiendo una silla, un sillón, un banco para meditar o bien en el suelo si su condición se lo permite.

El punto es estar cómodos y con la espalda recta.