Cara a Cara Con Jesús - Una Meditación Para La CuaresmaMuestra

Jeremías recibió el sobrenombre de "el profeta llorón". No es el mejor título, pero es conmovedor porque estaba muy comprometido con su vocación y la llevaba a cabo con sumo cuidado y compasión. Se lamentaba por su pueblo, por sus pecados y por su alejamiento de Dios. Dios le ordenó que dijera las palabras que pondría en su boca y lo hizo diligentemente con un corazón quebrantado y contrito. Jeremías también escribió Lamentaciones, un libro de poemas que son el tributo a un corazón que ha expuesto su dolor y su quebranto al único Dios verdadero.

Para aquellos que amamos a Dios y vivimos para Él, es muy importante que aprendamos a lamentarnos. Lamentarse no es quejarse, sino darse permiso para afligirse abierta y honestamente ante su Hacedor. Es permitirte estar deshecho delante de la presencia de Dios para que puedas volver a ser todo lo que Él ha deseado para ti.

Hazte las siguientes preguntas:

¿Hay algún dolor reprimido en mi vida que no hayas podido afrontar?

¿Hay cosas que me están agobiando más allá de mi capacidad de soportarlo?

¿Puedo bajar la guardia con Dios y lamentarme ante Él?